✒Un amor, cualquier amor / 41: Toda la escala de colores

Nuestros cuadros clínicos no eran alentadores... Entre tus cenicientos pulmones no había más que un instrumento de percusión que acompañaba, cada viernes a las once, a tu Les Paul de imitación.

Dichosos mis ojos cuando te vieron. Mis pupilas se dilataron. Mis pupilas me delataron. Y a los trastornos visuales se sumaron la sonrisa boba y el temblor generalizado.

Nuestros cuadros clínicos no eran alentadores y, sin embargo, nos pusimos manos a la obra; fabricamos nuestra historia: de la mirada al beso y del beso al adiós. Y, entremedias, toda la escala de colores de la euforia a la desesperación.

Fosca Dràstica presenta este texto para participar en la convocatoria de microrrelatos Un amor, cualquier amor. 

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