🎁 REGALOS PARA NAVIDAD 1 DE 4: LAS MADRES DE CARMEN MOLA

Cuarta entrega de la serie de libros sobre Elena Blanco. Para que os situéis, el cuarto libro de La novia gitana. Una vez pasado el revuelo de saber que Carmen Mola eran tres hombres, y que en la televisión de pago del grupo Atresmedia, están echando semanalmente los capítulos de la serie sobre el primer libro, aparece esta continuación. ¿Oportunidad?

Ritmo, por unos capítulos cortos, con los diálogos cortos y esta vez algo más densos. Las descripciones necesarias, sin florituras literarias o documentación innecesaria son las características que ya comenté en La nena y que vuelven aparecer en Las madres. Esta vez los silencios son también densos e influyen en la trama

En mi opinión y en contra de muchas criticas, es peor que La nena

También, he de decir, que no comparto que los autores cambiaron la novela negra española. Hay escritores que, desconocidos, merecen un aplauso mayor que el trio que nos ocupa. 

¿Se puede ir mas lejos? Si, y el final de Las madres lo demuestra. Un final impactante pero algo increíble, que dará paso a un quinto libro.

No podemos negar que el trabajo a tres manos es difícil de coordinar. Y una vez más lo consiguen. Una vez más engancha y continuas leyendo. La culpa la tiene un gran ritmo desde el inicio, ascendente que incrementa la tensión de una trama ambiciosa admirablemente desarrollada y en la que el poder, el dinero y la corrupción vuelven a ser los grandes protagonistas. Se suceden los acontecimientos sin dar respiro. Con giros argumentales que aumentan el disfrute del lector entregado a los autores y sus historias. No están puestos de forma aleatoria sino que se notan cuidados, de ahí la magnifica coordinación entre ellos.

Grábate esto en la cabeza: las mujeres no necesitamos que los hombres nos digan lo buenas que somos, porque, como vosotros, a lo mejor no somos tan buenas. Tenemos derecho a ser igual de inútiles que los hombres que estáis trabajando.

Las historias de Carmen Mola impactan y esta volverá a hacerlo también. Ya lo consigue en el primer  y segundo capítulo. Tiene la habilidad y al mismo tiempo facilidad, para colocar al lector donde quiere, apoyándose en su personaje principal, y como no en los «los secundarios», un ingenioso y brutal argumento y un buen guion. Tras un extraño inicio en Ciudad Juárez, nos trasladamos de inmediato a Madrid donde Mola sitúa ya la acción casi definitivamente. Nos encontramos con un cadáver en el interior de una furgoneta. Su visión les paraliza y nos paraliza. Un hombre está abierto en canal y eviscerado.

Pero hay algo todavía más cruel. Se podría decir que Mola es en ocasiones salvaje o que traspasa los límites de la brutalidad, a lo gore, pero no se recrea en ella.  A las dificultades de la investigación se añaden otras, unas de tipo interno que dificultan aún más si cabe el avance, y otras de tipo personal, que provocan disparidad de criterios en lo que antes era un equipo fuerte y compacto. Porque sus personajes son humanos, como nosotros, no superhéroes con pistola. Atormentados, como buenos personajes de novela negra. El gran ejemplo es Elena Blanco. Grappa, Koraoke y ser humano con todoterreno son la muestra de su debilidad. Y Zárate.

Entonces, por fin, ella gira en su taburete y encara a su admirador.

—Dime que tienes un todoterreno.

«La autora» acierta con un argumento, al que sabe dotar de suspense y de intriga, que no decae en ningún momento, confiriendo a la narración interés y convirtiéndola en un entretenimiento apto para sus fans. Carmen Mola es una maestra del juego y del engaño. Situaciones límite y momentos muy tensos, difíciles de llevar a buen término se resuelven con acierto. Tal vez sobran las motivaciones religiosas, mejor la venganza, que se queda incompleta a todas luces. Yo pido mas sangre.  

Antonio Mercero, Agustín Martínez y Jorge Díaz, nos han dejado una obra más para sus seguidores y han dejado abierta una puerta enorme para una quinta entrega. Sabemos que Elena, mal que le pese, continuará a sus cincuenta y alguno, dando y recibiendo guerra.

Como segunda referencia musical Il cielo in una stanza de Mina. Es el segundo álbum de la cantante italiana Mina, publicado por la discográfica Italdisc en junio de 1960. La cantante preferida de nuestra Blanco. Muestra sus sentimientos por Ángel Zárate, y su tormentosa relación.



La primera canción es de Renato Carosone  Tu Vuò Fa' L'Americano (Quieres hacerte el americano).Carosone escribió la canción en 1956 junto al letrista Nicola Salerno, apodado Nisa. La letra habla de todo italiano que imita el estilo de vida contemporáneo de Estados Unidos y actúa como un yankee, bebiendo whisky y soda, bailando rock, jugando al béisbol y fumando cigarrillos Camel, pero sigue dependiendo de sus padres por dinero. La canción se considera generalmente una sátira sobre el proceso de americanización que se produjo al principio de los años posteriores a la segunda guerra mundial, cuando el sur de Italia seguía siendo una sociedad rural tradicional.

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