El beso santifica el más entrañable de los sentimientos escribió Robert Burns, el más notorio poeta escocés del siglo XVIII y escritor del poema AE fond Kiss (Solo un beso), que trascribo bajo estas líneas en versión original y traducido al español, y que fue el percusor de la película homónima de Ken Loach y su guionista de cabecera Paul Laverty.
Ae fond
kiss (and then we server)
Ae fond kiss, and then we sever;
Ae fareweel, alas, for ever!
Deep in heart-wrung tears I'll pledge thee,
Warring sighs and groans I'll wage thee!
Who shall say that Fortune grieves him
While the star of hope she leaves him?
Me, nae cheerfu' twinkle lights me,
Dark despair around benights me.
I'll ne'er blame my partial fancy;
Naething could resist my Nancy;
For to see her was to love her,
Love but her, and love for ever.
Had we never loved sae kindly,
Had we never loved sae blindly,
Never met—or never parted,
We had ne'er been broken-hearted.
Fare thee weel, thou first and fairest!
Fare thee weel, thou best and dearest!
Thine be ilka joy and treasure,
Peace, enjoyment, love, and pleasure!
Ae fond kiss, and then we sever!
Ae fareweel, alas, for ever!
Deep in heart-wrung tears I'll pledge thee, Warring sighs and groans I'll wage thee!
Solo un
beso
Tan solo un beso,
y después nos separamos; ¡una sola
despedida, ay, para siempre! ¡En lo hondo de
mi corazón tristes lágrimas lloré por vos, una guerra de
suspiros y gemidos os rendí! ¿Quién dirá que
la Fortuna le entristece mientras la
estrella de la esperanza le abandona? Para mí, ninguna
luz cariñosa tintinea, la negra noche de
la desesperación me envuelve. No culparé a mi
ánimo cambiante; nada se resistía
al hechizo de mi Nancy; porque verla era
adorarla, amarla sólo a
ella, por siempre a ella. Nunca hubiésemos
amado tan dulcemente, nunca hubiésemos
amado tan ciegamente, nunca conocido,
nunca abandonado, nunca hubiésemos
sido destrozados. ¡Hasta siempre,
mi primera y más hermosa! ¡Hasta siempre,
la mejor y más amada! ¡Sean siempre con
vos la alegría y el tesoro, la paz, el
disfrute, el amor y el placer! Tan solo un beso,
y después nos separamos; ¡una sola
despedida, ay, para siempre! ¡En lo hondo de
mi corazón tristes lágrimas lloré por vos, una guerra de
suspiros y gemidos os rendí!
El poema se ha musicalizado en multitud de ocasiones y
forma parte de las composiciones esenciales de la música escocesa.
El beso
forma parte de la vida del ser humano desde siempre, y del cine desde que se
inventó el cinematógrafo. El primer beso fue filmado en 1895 por Thomas Alva Edison en una cinta de celuloide que duraba apenas cincuenta segundos. La
película se llamaba El beso y sufrió exacerbadas críticas tras su exhibición
pública que llegaron a cuestionar al cine por servir como vehículo de escenas
tan lascivas y depravadas. Así Thomas Edison se convirtió en la primera víctima
de la censura cinematográfica.
Solo un
beso, la película, nos cuenta la historia de amor entre Casim (Atta Yaqub), un
joven escocés de origen paquistaní y Roisin (Eva Birthistle) profesora de
música de su hermana en un colegio católico. El guion no es nuevo: un romance
sobre el que pesa la sombra de la intolerancia social. Un poco a lo Romeo y Julieta o su adaptación a los años cincuenta, West side story. Nada nuevo. Sin
embargo la película es cálida, entretenida y conmovedora. La historia de amor
está contada con talento y emoción. El rodaje da la impresión de no serlo, de
que los personajes son personas de carne y hueso que se mueven en un mundo
real. La química entre los protagonistas funciona y los obstáculos sociales a
los que se enfrentan son fiel reflejo de la sociedad actual. Y eso que la
película tiene ya diecisiete añitos.
Ahí es donde
vemos el perfil más social del cine de Loach. En esa inteligente crítica a la
religión y en su modo de relatar las diferencias (en este caso entre la cultura cristiana y la musulmana) que nos marcan desde el nacimiento. Sin perder el romanticismo y con
unos toques de optimismo, más visibles que en otras obras, Loach nos muestra lo
arraigadas y profundas que son estas diferencias y como el entorno las acepta y obliga a acatarlas como si las cosas no pudiesen ser de otra forma. Y sin embargo nos muestra un abanico de opciones que van desde la convicción a la rebeldía pasando por la hipocresía. Rebelarse es una opción minoritaria y de las generaciones más jóvenes que ven la vida más allá de las tradiciones ancestrales, claro ejemplo esla hermana pequeña de Casim.
Solo un beso
puedes encontrarla en la plataforma eBiblio junto a otras películas de la filmografía de Ken Loach como Tierra y libertad o El viento que agita la cebada, dos
de sus películas más conocidas y que podían haber entrado perfectamente en el post sobre política y ficción que publicamos en mayo;Yo, Daniel
Blake, multipremiada cinta que nos habla de las prestaciones sociales y del
laberinto burocrático de la administración estatal; Mi nombre es
Joe también toca las prestaciones sociales, en este caso desde la reinserción
social de un exalcohólico; o La
cuadrilla donde nos cuenta cómo funciona la clase obrera frente a la privatización de
empresas públicas y como se acepta la pérdida de derechos laborales… o de vidas.
El cine de
Ken Loach es entretenido y al mismo tiempo una crítica razonable y razonada a los fallos de funcionamiento de
la sociedad inglesa pero perfectamente intercambiables a la nuestra, o a
cualquier otra, pues en el fondo solo habla de personas y de cómo estas
personas intentan resolver los conflictos vitales en un entorno dominado por el
mercantilismo y el interés.
Más que director es un activista social concienciado y usa el cine para lanzar un mensaje claro que nos invita a pensar y a cuestionar la realidad del entorno en que vivimos. Junto a su
productora Sixteen Films creó el canal de Youtube The Films of Director Ken Loach, donde pone a disposición gratuita su filmografía,
entrevistas y muchísima información audiovisual... Eso sí, en la lengua de
Shakespeare.
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