💌 Hoy puede ser un gran día...

Hoy es un día decisivo en Madrid. Tan decisivo como puede serlo elegir quién gobernará la Comunidad durante los próximos años. Una excusa como cualquier otra para revisar el tema de la política desde el punto de vista de la ficción.

La política es la ciencia que trata del gobierno y la organización de las sociedades humanas y por tanto está ligada a la vida de los seres humanos desde siempre. Hoy nos quejamos de extremismos, de corrupción, de pasividad de los dirigentes ante los problemas importantes y urgentes que hay que resolver… Nada nuevo por cierto. Nos quejamos también de que votamos muchas veces, demasiadas. Esto sí es una novedad, y si lo pensamos un poco: ¿Qué hay de malo en echar un rato para depositar una papeleta en una urna y decidir sobre las cosas que nos competen y nos conciernen a todas y a todos? Y si, digo echar un rato y no perder un rato, ya que nunca es tiempo perdido el que invertimos en decidir cuál es el camino que queremos que tome el futuro de nuestra sociedad. Más aún cuando no hace mucho carecíamos de esta opción. Pero las personas olvidamos pronto...

Para intentar entender la complejidad de las estructuras que organizan la sociedad y los mecanismos del poder, puedes leer La República de Platón, El Príncipe de Maquiavelo o El contrato social de Jean-Jacques Rousseau. En política parece muy fácil entenderlo todo. Los mensajes políticos son sencillos, directos y nos llegan al corazón. No pienses, no dediques un poco de tiempo para decidir quién debe gobernar. Al menos esa idea nos trasladan desde algunos foros. Nada más lejos de la realidad. Y por si quieres saber la importancia del lenguaje político, te recomiendo el excelente clásico: No pienses en un elefante donde George Lakoff te explicará de un modo sencillo y ameno como se utiliza el lenguaje en política para manipular nuestros valores más profundos. 
Las palabras no son inocentes. Y para muestra un botón, un título en este caso: la palabra elefante nos hace traer a la mente la imagen icónica de un animal grande, con trompa flexible, orejas grandes y colmillos. Incluso cuando nos piden que no pensemos en ello. Paradojas del lenguaje, que no son gratuitas. Al menos en política.

En Rebelión en la granja, George Orwell te contará en unas pocas páginas un cuento con animalitos, cerditos, que viven en una granja y su modo de organizar el día a día. Bonito, ¿verdad?, en realidad es una fábula satírica sobre el abuso de poder, la manipulación y la corrupción, que hace referencia a los hechos posteriores a la revolución rusa de 1917 y a la era estalinista.

Quizá, como yo, tampoco te llames Amador, pero deberías leer Política para Amador, el ensayo en el que Fernando Savater le explica a su hijo cómo ha funcionado la organización política en la historia y la importancia de tener siempre voz y criterio. Una obra accesible y amena escrita para jóvenes pero que todo adulto debería leer. Y si te gusta, puedes seguir con Ética para Amador

El cine también ha tocado el tema de la política desde infinidad de puntos de vista. Robert Rossen dirigió en 1949 All the King's Men, basada en la novela de Robert Penn Warren que obtuvo el premio Pullitzer y fue traducida en nuestro país como El Político.

Conocerás a Willie stark (interpretado por Broderick Crawford que consiguió uno de los tres Oscars que mereció la película el año de su estreno) y le acompañaras en su metamorfosis de hombre honrado y valiente a ser un corrupto de manual desde el día que al entrar en política descubre que todo es juego sucio. Tras ser elegido
gobernador, lo primero que hace es apoderarse de los medios de comunicación para permanecer en el poder.

Unos años después, en 1972, Michael Ritchie dirigió El candidato, donde Robert Redford encarnando a un joven idealista, abogado de profesión, y sin ninguna posibilidad de éxito, se presenta contra Richard Nixon cuando está a punto de ser reelegido. La película mereció el Oscar al mejor guion original y retrata cómo es una campaña presidencial. Lo mejor es la frase final del ganador de las elecciones. Demoledora. Y aquí no hay spoliers, tendrás que verla.

Si quieres tomártelo con humor, vuelve a ver ese clásico de 1940 que no envejece y nos habla de ese dictador fascista del bigotito en tono de comedia interpretada, producida, escrita y dirigida por ese genio del cine que también se identificaba por un bigotito similar: Charles Chaplin. La película es, claro está,  El Gran Dictador, una parodia, una joya y un inteligente alegato contra el fascismo.

Si acaso eres de la opinión de que hoy día no pueden darse las circunstancias para volver a un estado fascista te recomiendo La Ola, adaptación libre al cine que hizo Dennis Gansel en 2008 sobre el experimento la Tercera Ola que hizo el profesor de historia Ron Jones en California en 1967 para explicar a sus alumnos cómo funcionan los movimientos autoritarios y dictatoriales.

Si piensas que siempre es mejor el libro que la película, quizá cambies de idea viendo lo que hizo Luchino Visconti en 1963 con El Gatopardo, la novela de Giuseppe Tomasi di Lampedusa, creando una de las obras esenciales del cine europeo. Y en todo caso, tanto si lees el libro como si ves la película, te encontrarás con la icónica cita que no ha perdido vigencia con el tiempo: «Si queremos que todo siga como está, es necesario que todo cambie».

Por citar algunas más, tienes clásicos como Novecento de Bernardo Bertolicci (la lucha de clases: comunismo frente a fascismo), Tempestad sobre Whasington de Otto Preminger (corrupción política), Todos los hombres del presidente de Alan Pakula (periodismo político: «caso Watergate»), Caballero sin espada de Frank Capra (James Stewart en la piel de un senador idealista que destapa una trama de corrupción), Telefono rojo volamos hacia moscu de Stanley Kubrick (descacharrante sátira sobre el fin de la guerra fría o el peligro de dejar botones que accionan bombas nucleares a mano de fanáticos salvadores), Los idus de marzo de George Clooney (no hay límite a la ambición humana para conseguir el éxito político); Cortina de humo de Barry Levinson (o como fabricar la realidad que te interesa), 1984 de Michael Radford (adaptación brillante del libro de George Orwell. Ciencia ficción sobre política y represión: el Gran Hermano te vigila), Ciudadano Bob Roberts de Tim Robbins y American history X de Tony Kaye (una campaña electoral populista de un racista militarizado y la otra realidad de un skin head de ideología neonazi que abre los ojos).

¿No has pensado en alguna ocasión que pasaría en un empate electoral en el que un voto decidiese? la respuesta, en clave de comedia, la tenemos en El último voto de Kevin Costner.

De última hornada puedes ver alguno de los biopics como El vicio del poder de Adam McKay (nos muestra el retrato de Dick Chenney, vicepresidente de George Bush), El instante más oscuro de Joe Wright (sobre Winston Churchill), La dama de hierro (con una impecable Meryl Streep interpretando a Margaret Thatcher), o las conocidas JFK: caso abierto de Oliver Stone (sobre el asesinato de Kennedy), Nixon también de Oliver Stone con Anthony Hopkins, o Lincoln de Steven Spielberg con Daniel Day-Lewis. 

Merece la pena ver Donald Rumsfeld, el documental de Errol Morris sobre el exsecretario de defensa en la administración de George W. Bush, porque parece que es de broma. Increíble.

En el cine español El disputado voto del señor Cayo de Antonio Gómez Rico y basada en la novela homónima de Miguel Delibes, puedes ver una comitiva de políticos en la campaña de las primeras elecciones democráticas tras la dictadura recalando en un pueblo para pedir el voto rural encarnado por el señor Cayo. El oportunismo frente a la realidad de la España vaciada. Un tema tan vigente hoy como lo era entonces. Con matices.

Entre las producciones más actuales nos encontramos con El hombre de las mil caras de Alberto Rodríguez un biopic sobre Francisco Paesa y las circunstancias de la fuga de Luis Roldán. Basada en hechos reales. Y en  El reino de Rodrigo Sorogoyen, verás la maquinaria de la corrupción en caída libre.

La lista de películas es interminable, incluso en sagas como La guerra de las galaxias o El señor de los anillos, la política, la corrupción y el poder acotan el espacio en el que los protagonistas viven sus historias de amor y de acción. Un Imperio oscuro que pretende imponer el orden universal frente a unos jóvenes rebeldes que luchan por un sistema igualitario; Orcos intentando someter a los hombres libres… esto me hace pensar en lo que diría Obi Wan Kenobi o Gandalf si el eslogan de campaña de Darth Vader para conquistar el universo, o el de Sauron para hacer lo propio con todos los reinos fuese «Libertad o lo que no soy yo»

Bromas aparte vamos con las series…


Si solo pudiese recomendarte una, sin duda sería El ala oeste de la casa blanca de Aaron Sorkin. En 155 episodios, vemos la gestión de la Casa Blanca por parte del demócrata Jed Bartlet y su equipo. La política como ejercicio de honradez e inteligencia, donde todos los esfuerzos van en la línea de tomar las mejores decisiones que, a menudo, no solo afectan a los estadounidenses sino al mundo entero. Cuando acabes el último episodio querrás volver a verla de nuevo. Seguro.

También presidencial es Sucesor Designado donde un atentado terrorista sitúa a un miembro de rango medio del gabinete ejecutivo al frente del gobierno de Estados Unidos. Intrigas trepidantes mientras Kiefer Sutherland, consciente de sus limitaciones personales, intenta tomar las mejores decisiones.

A unos cuantos de miles de millones de universos de distancia de ese optimismo bienintencionado de la clase política, nos encontramos con House of Cards, donde Kevin Spacey y Robin Wright forman un equipo político implacable, calculador y manipulador para manejar los hilos de la política con el único objetivo de saciar su ansia de poder. 

Esta serie de 73 episodios, es la versión americana de una miniserie homónima de la BBC basada en la novela de Michael Dobbs en la que el jefe de organización de los Tories (persona encargada de dirigir a los parlamentarios para que se ciñan a la línea del partido) lidia con las ambiciones de los líderes conservadores para ocupar el puesto que ocupase Margaret Thatcher. Cuando el nuevo Primer Ministro desoye sus consejos y falta a su promesa de darle un ministerio, Francis Urquhart se dedica a la tarea del acoso y derribo del Primer Ministro con toda suerte de tácticas maquiavélicas para las que está bien dotado.

Desde Dinamarca nos llegaron los 30 episodios de Borgen en el momento en que España se abría al polipartidismo. En la serie vemos el ascenso de Birgitte Nyborg, líder de un partido centrista minoritario que tras las elecciones y debido a su flexibilidad y habilidad para concretar pactos postelectorales con partidos que no son capaces de sentarse entre ellos, consigue llegar a ser Primera Ministra de Dinamarca. La serie presta especial atención a la prensa y los medios de comunicación. Muy recomendable.

También en la actualidad y llegando a un futuro cercano nos encontramos con Years and years una miniserie de seis episodios en los que vemos el devenir de la familia Lyon a lo largo de quince años con cambios políticos, económicos y tecnológicos. Coproducida por la BBC, Canal+ y HBO, y solo con este dato te puedes hacer una idea de la calidad que vas a encontrar.

Baron Noir es una serie francesa de 24 capítulos. Ambientada en el escenarios político francés nos relata la epopeya de Philippe Rickwaert, al que conocemos siendo teniente de alcalde socialista de Nord. Una serie que aún siendo ficción nos plantea hechos que bien podrían ser reales. Cuenta con un guion perfecto y unos diálogos a la altura; una puesta en escena impecable y la excepcional credibilidad de los actores. Considerada como la mejor serie política francesa hasta la fecha. Si no la has visto aún no sabes lo que te pierdes!

En España también se ha hecho algo en lo referente a series pero no recuerdo ninguna que merezca la pena más allá de Vota Juan, creada por Juan Cabestany y con un Javier Cámara encarnando con brillantez a Juan Carrasco, un anodino e incompetente ministro que por las carambolas de la vida llega a lo más alto de la política. ¿Te suena? Tranquilidad, en este caso es comedia disparatada… y ficción.


Y termino con una de mis preferidas Yes, minister. Serie de la BBC de 22 episodios absolutamente deliciosos donde presenciamos la historia de tres personajes: James Hacker, el recién nombrado Ministro de Asuntos Administrativos; Sir Humphrey Appleby, el Secretario Permanente del ministerio; y Bernard Woolley, Secretrio Personal del Ministro. O lo que es lo mismo: el incompetente, el gran maquinador y el irónico. Una serie de buenos modales con unos diálogos perfectos que responden al más ingenioso humor inglés.

Como has visto, la política da mucho juego... por cierto, casi me olvido de citar Juego de Tronos, esa fantástica serie de HBO basada en las novelas Canción de hielo y fuego de George R.R. Martin, que seguro que conoces. Imperdible. 

Espero haberte sembrado la semilla de la curiosidad por alguna de las propuestas de este post, muchas las podrás encontrar en tu biblioteca más cercana o en eBiblioSi no resides en Madrid ya te puedes poner manos a la obra, pero si eres residente y puedes ejercer tu derecho al voto, lo primero es lo primero: ve a votar antes de que sea tarde, y después ya te pondrás con la ficción...

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