MANO DE HIERRO
La serie española Mano de hierro, se presenta como un thriller de suspense con un reparto de lujo sobre una familia que controla el negocio del narcotráfico en el Puerto de Barcelona. Una historia de crimen y lucha por el poder en la que podemos ver una parte menos habitual de la ciudad condal gracias a sus escenarios y localizaciones. Una buenísima producción.
Y
eso es lo mejor, las localizaciones, la visión del puerto de Barcelona, y la
producción. El resto es por poner un símil, como cuando te hace un chalet una
constructora de renombre y a los dos meses, tienes humedades, goteras,
problemas con los cerramientos y no tienes agua caliente. Actores y director de
renombre no hacen buena serie cuando hay fallos de guión, de script, de sonido,
de casting. Capítulo tras capítulo de relleno de inicio a fin, terminas la
temporada como te quedaste al final del capítulo 2.
No
esperéis hacer una maratón con la serie, porque os quedareis dormidos. Muchos
capítulos son medio telefilme, con duraciones de hora y cuarto. Lentos, con
vueltas atrás intranscendentes en la mayoría de los casos. Actores que
representan el pasado que no tienen nada que ver con los del presente. Una
ficción, a pesar de su lentitud en que la que la violencia está presente en
todas sus formas: armas, cuchillos, puños… Todo vale en este negocio en el que
se llegan a juntar mafias de tres países diferentes: España, México e Italia. Asistimos
a escenas espectacularmente agresivas, no aptas para todos los públicos de
palizas, torturas o tiroteos, en las que la serie hace alarde de su espectacular
producción y equipo de especialistas. Pero un guión malo, malo, malo. De los
actores salvo a Eduard Fernández, Salva Reina y Sergi
López. El resto esta en su papel, y sus gestos, repetidos desde hace…, como es
el caso de Natalia de Molina y Jaime Lorente visto una, visto todas.
Ante la oferta de series escoger otra, pese a las críticas buenas de los críticos profesionales, a los amateur no nos ha gustado.
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