BAJO TIERRA SECA «NADA BUENO GERMINA»

 

«Bajo tierra seca nada bueno germina».

Sorprendido por el premio a César Pérez Gellida, por una novela negra. Más siendo una obra fuera de su zona de confort y sus personajes. Sorprendido por la historia basada en hechos reales que el autor ha cambiado y transformado. Al final de esta historia nos cuenta en qué personaje se ha basado para crearla. La historia transcurre en España. Pero su origen no transcurre aquí, la ha transformado hasta convertirla en algo muy nuestro, con su Guardia Civil y todo.

Lo cierto es que la novela lo tiene todo: una perfecta ambientación en una España rural no tan lejana como pueda parecer. Su inicio aporta contenido a la vez que se muestra pausado y te atrapa. Pasa a transformase en un desarrollo con ritmo que favorece que el lector vaya poco a poco abriendo el abanico de personajes y situaciones que a través de numerosas regresiones en el tiempo conforman una gran trama Destaca la minuciosa caracterización de sus personajes, logrando retratos tanto físicos y psicológicos de gran profundidad. Cada uno tiene su fuerza y sus problemas, pero entre todos conforman una gran red, ya que entre ellos existe una especie de antagonismo. Para que haya caciques tiene que haber esbirros y pobres, para que haya agentes de la ley tienen que existir hombres al margen de la ley.

Y la vida, a la que cuando le da por sonreírte se vuelve antojadiza, le fue atrayendo hacia la zona más pobre del país, donde unos pocos lo acaparaban todo y el resto se disputaba con el sudor de su frente las pocas migajas que sobraban. La ventaja para él consistía en que los pudientes, como siempre han hecho, trataban de perpetuarse en la cumbre de la pirámide y para ello necesitaban gente que se manchara las manos por ellos.

Gente como Patricio Carvajal, habituada a tragar con todo.

Una novela coral que gira en torno a la figura de Antonia Monterroso, conocida como la Viuda. Emerge como un personaje inolvidable, envuelto en un manto de misterio y secretos. A medida que avanzamos en la historia, desentrañamos sus motivaciones y su pasado turbulento, encontrando razones detrás de su odio hacia los hombres. Inicialmente empatizamos con ella, pero sus métodos de justicia, hacen que cambiemos al aborrecimiento, mientras su influencia transforma el destino de quienes se cruzan en su camino.

La novela está sólidamente estructurada. Nos lleva a escenarios cargados de intriga, desengaño y tragedia, Cada respuesta descubre nuevos enigmas.

La estructura adopta un formato prácticamente cinematográfico. Los capítulos, titulados, datados y geolocalizados, son cortos, rápidos y con mucha acción. Con un enfoque no lineal y que alterna diferentes escenarios, lo que permite añadir suspense y sorpresa. Momentos de gran impacto visual, sobre todo cuando en las escenas de violencia, que aborda con un estilo muy cuidado y, en muchas ocasiones, de manera gráfica, de forma tal que se incorpora de manera intrínseca a la estética de la obra. Una de las marcas del estilo Gellida.

Mi padre era un desgraciado, pero de él aprendí que uno no entiende que la violencia puede ser la solución hasta que no se te posa una avispa en los cojones.

Una novela de sexo, aunque no sea muy explícito, y muerte no es una novela gore, ya que buena parte de las muertes son por veneno.

Y por supuesto muertos, muchos muertos. Creo que es la novela de César Pérez Gellida con más muertos. ¿Cuántos? No sé, perdí la cuenta.

La dama de la guadaña, que sabe por su dilatada experiencia que ese que está tirado en el suelo con un hacha clavada es ya un cliente fijo, no parece tener ninguna prisa en aparecer. O puede que se deba a que últimamente tiene demasiado trabajo en la zona

Magnifica ambientación y descripción del momento histórico. Pérez Gellida nos describe con maestría un entorno tan adverso, donde los personajes se mueven en un escenario lleno de adversidades. Muestra la indigencia y la desolación en Extremadura de 1917, marcada por la hostilidad de la pobreza, por una pandemia que sería etiquetada como la «gripe española». Una comarca, de las más deprimidas de España, en la que los latifundios y cortijos son pequeños reinos de Taifas, bajo la influencia un cacique, que teje las redes de su poder en un entramado donde su voluntad se erige como ley suprema, mientras los jornaleros sobreviven. Un cuadro desgarrador de la lucha diaria por la supervivencia en medio de la escasez.

Desde luego, los gellidist@s no vais a quedar defraudad@s con esta novela. Comedido y tranquilo en el inicio, transitará al estilo más conocido del autor donde se suceden los chascarrillos, la astucia y los juegos de palabras entre el final e inicio de párrafos, transiciones entre capítulos y regresiones que acaban con otra adicción para el lector; saber como acaba el embrollo. No faltan los golpes de efecto a los que nos tiene acostumbrados, los dobles sentidos de las palabras.

Pero nunca imaginé las dimensiones que alcanzaría este cristo en el que nos hemos metido. Ni lo fuerte que estaba clavado en la cruz.

Comentarios

Publicar un comentario

Entradas populares