Leer beneficia seriamente la salud
Sabían que la práctica de la biblioterapia se remonta a la antigua Grecia? Las bibliotecas eran consideradas lugares de curación para el alma. En nuestro acelerado mundo, lleno de estrés, las bibliotecas destacan como espacios de conocimiento, seguridad y tranquilidad, ofreciendo un refugio para el bienestar emocional y psicológico. La biblioterapia se erige como un camino hacia la paz interna y la reflexión personal mediante la lectura. Este enfoque terapeútico utiliza los libros para promover la salud mental y el desarrollo individual, convirtiéndose en una iniciativa esencial en bibliotecas alrededor del mundo.
Con estas palabras, el siempre certero e interesante Julián Marquina nos introduce un concepto que va a dar mucho que hablar en la actualidad. Las bibliotecas somos más necesarias que nunca porque cumplimos una importante misión social, por eso hoy nos centraremos en sus beneficios para la salud. No es solo que quienes visitan las bibliotecas tienen vidas más largas y saludables, y son personas mejor informadas sobre los servicios de salud, lo que produce un ahorro de costes para el sistema sanitario, sino que desde las bibliotecas públicas se apoyan los programas de salud pública.
Si uno de los objetivos prioritarios de las bibliotecas es el fomento de la lectura y afianzar el hábito lector, vamos a enumerar a continuación, los beneficios para la salud, señalados en recientes estudios internacionales, que puede procurarnos la lectura a lo largo de la vida:
- Estimula las capacidades cognitivas.
- Mantiene el cerebro activo.
- Favorece la salud mental (atención, concentración y memoria).
- Reduce el estrés, la angustia y la ansiedad.
- Mejora el estado de ánimo.
- Permite desarrollar empatía.
- Aumenta nuestro vocabulario.
- Facilita las relaciones sociales.
- Aumenta nuestra inteligencia emocional.
- Potencia nuestra cultura general.
- Hace que usemos la imaginación.
- Refuerza nuestra fuerza de voluntad.
- Nos ayuda con el insomnio.
- Leer relaja el cuerpo, disminuye el ritmo cardiaco y alivia la tensión en los músculos.
- Mejora la conectividad cerebral. La lectura de ficción puede aumentar la conectividad funcional entre la áreas del cerebro relacionadas con el procesamiento emocional y la cognición social.
- Cuándo leemos nuestro cerebro comienza a desarrollar habilidades imaginativas y de concentración porque visualizamos en nuestra mente rostros, lugares, situaciones, logrando que el encéfalo se estimule con mayor frecuencia y nuestra creatividad aumente.
Así podríamos seguir hasta el infinito..., y más allá.
En la Semana de la salud las bibliotecas quieren aportar su pequeño granito de arena difundiendo esta información que creemos importante para todos los ciudadanos.
Para finalizar les hacemos una recomendación literaria, el libro de Ella Berthoud y Susan Elderkin, Manual de remedios literarios : Cómo curarnos con libros, editado por Siruela.
Esto es lo que nos cuenta la editorial sobre la obra:
¿PODEMOS CURARNOS CON LIBROS?
Mal de amores, anginas, crisis de identidad, insomnio, resaca, vergüenza, pesadillas, miedo a volar, catarro, estrés, dolor de espalda, desencanto, claustrofobia, celos, miedo al compromiso...
TODO EL PODER CURATIVO DE LA LECTURA EN ESTE ORIGINAL Y DIVERTIDO TRATADO DE BIBLIOTERAPIA
Un original y divertido tratado que condensa todo el poder curativo de la palabra escrita.
¿Qué tal una dosis de las Brontë para sanar el corazón roto? ¿Y una inyección de Hemingway para sobrellevar los días de resaca? El libro adecuado en el momento preciso puede cambiarnos la vida y los amantes de la literatura llevamos siglos utilizándola como tónico contra cualquier enfermedad, pero nunca antes habíamos tenido a nuestro alcance un manual como este. Tanto si sufrimos jaquecas como si es el alma lo que tenemos maltrecho, en sus páginas encontraremos un ingenioso remedio en forma de novela que nos ayudará a curar nuestro mal. Un compendio que es además una buena manera de descubrir nuevas lecturas, de recuperar algunas ya olvidadas o de resolver los problemas más habituales entre los lectores: qué hacer si tenemos demasiados títulos pendientes, si solemos dejarlos siempre a medias... Nuestros males y cómo sanarlos con libros de la A a la Z.
Mal de amores, anginas, crisis de identidad, insomnio, resaca, vergüenza, pesadillas, miedo a volar, catarro, estrés, dolor de espalda, desencanto, claustrofobia, celos, miedo al compromiso...
TODO EL PODER CURATIVO DE LA LECTURA EN ESTE ORIGINAL Y DIVERTIDO TRATADO DE BIBLIOTERAPIA
Un original y divertido tratado que condensa todo el poder curativo de la palabra escrita.
¿Qué tal una dosis de las Brontë para sanar el corazón roto? ¿Y una inyección de Hemingway para sobrellevar los días de resaca? El libro adecuado en el momento preciso puede cambiarnos la vida y los amantes de la literatura llevamos siglos utilizándola como tónico contra cualquier enfermedad, pero nunca antes habíamos tenido a nuestro alcance un manual como este. Tanto si sufrimos jaquecas como si es el alma lo que tenemos maltrecho, en sus páginas encontraremos un ingenioso remedio en forma de novela que nos ayudará a curar nuestro mal. Un compendio que es además una buena manera de descubrir nuevas lecturas, de recuperar algunas ya olvidadas o de resolver los problemas más habituales entre los lectores: qué hacer si tenemos demasiados títulos pendientes, si solemos dejarlos siempre a medias... Nuestros males y cómo sanarlos con libros de la A a la Z.
LEAN, POR FAVOR, SERÁN MUCHO MÁS FELICES Y SANARÁN ALGUNOS DE SUS MALES...
…a no ser que los libros leídos pertenezcan a la saga de La pezuña de plata, en ese caso la salud resultaría endiabladamente más beneficiada que con un libro corriente de andar por casa. En tal caso la lista de beneficios variaría ligeramente:
ResponderEliminar- Se estimulan las capacidades cognitivas, quién lo duda, y también las incognitivas.
- El cerebro está activo todo el rato, y no sólo el cerebro, las manos sudan, las extremidades se acalambran, los ojos salen de las órbitas y vuelven a entrar, los pies golpean el suelo con fuerza y las manos se crispan.
- Favorece la salud mental, pavorece la talud dental, savorece, alud metal (acción, concatenación y me moría).
- Reproduce el estrés, la angustia se agota, la ansiedad se diluye.
- Mejora el ánimo y también sustancialmente el des-ánimo y todo el conjunto de animosidades latentes.
- La empatía desarrollada trasciende los seres vivos humanos y se extiende a los objetos, a las piedras del camino y las amapolas del campo, a los cactus y las aves del cielo.
- Aumenta nuestro vocabulario con un caudal inagotable de vocabulismos y formemas pensemas, caquemas, newfemismos y neoilogismos.
- Al igual que con el ánimo, también las relaciones insociales son facilitadas y todo tipo de relaciones más o menos estimulantes para el intelecto y el ánimo.
- La inteligencia se emociona y la emoción se vuelve inteligente produciéndose una simbiosis inextricable entre los factores intelectuales y los oscuros sentimientos del sujeto cognoscente y sentiente donde ya no cabe discernir qué o cuánto de uno o de lo otro está presente en cada caso particular.
- También la incultura general se ve enormemente potenciada, esa que hasta ahora había sido terriblemente descuidada por la lectura y la falta de lectura; además de la puericultura, esto es, la cultura de las pequeñitas cosas pueriles.
- Al ser la imaginación una de las principales potencias mentales su uso resulta indispensable y hasta diríamos necesario para abordar los múltiples espacios cognitivos abiertos por los contextos estructurales programáticos, es decir, se usa la imaginación y se usa bien, casi se abusa de ella, tanto que, como dice la canción: la imaginación se siente desbordada…, …y efectivamente así es.
- Es precisamente el robustecimiento de la voluntad de hierro, el voluntarismo y la voluntariedad lo más necesario para acometer la lectura de unos textos que no abusan de la buena voluntad a la hora de hacerse comprender.
- Al proporcionarnos abundante materia de análisis y abominación nos ayuda indudablemente a sobrellevar las interminables noches de insomnio sustituyendo los monstruos de las pesadillas por otros mucho más terribles reales y vigilantes que nos acogen tiernamente en sus brazos y nos arrullan hasta la madrugada.
- Leer relaja el cuerpo, extirpa la mente, agudiza el ritmo cardíaco y alivia la tensión de los esfínteres mentales.
- El encéfalo, en fin, se alicienta y la creatividad se expande por todo el universo conocido e incognoscible más allá de los límites de lo real e imaginario.
Y así podríamos seguir y seguir. No en serio, no, no, no en serio, no: en serio, excelente motivación para la lectura, en serio. Antes y después de esto quien no lee es porque no quiere o, como suelen decir, porque no tienen tiempo, y tú de dónde sacas tiempo para leer teniendo tanta series, tantos móviles, tanta cháchara y tantas actividades extraescolares y extraprofesionales… y además hay que dormir, para curarse del insomnio.
Como siempre, genial, Trikolz. ¡Oh, omnisciente e incognoscible vate y embate de la cultura popular, proa y automedonte de nuestros afanes, desextricador de nuestros delirios más intrincados e ininteligibles! Saludos, compañero. ¡Qué bien te explicas, jodío!
EliminarRegocijo saber de nuevo de ti, tan ausente durante la etapa final del último concurso. Pero calma, calma, como digo siempre con calma. Estaba precisamente trabajando en eso de la claridad y su pertinencia, su complejidad y sus excesos, con muchas dudas y zozobras, cuando me asomé por aquí. El universo literario es un pañuelo, escrito por los dos lados, emborronado, en el que buscamos algún sentido oculto porque lo evidente parece con frecuencia tan poca cosa y tan enmarañada. Así seguimos.
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