🐷 EL DESPISTE \ LPPIII_018

Con la mano derecha agarró la manta y la deslizó sobre la parte inferior de su cuerpo hasta quedar completamente libre de ella. Se incorporó y se vistió lentamente en la cama sin prisa pero sin pausa con la ropa que había dejado al acostarse en la silla, al lado de la cama, abrió la puerta del cuarto y salió al pasillo donde encendió la luz para encontrar la puerta del cuarto, de baño, se lavó y se afeitó y tiró de la cadena y se lavó también las manos. Cogió la taza del gancho, azul, de la pared de la cocina, al lado del microondas se calentó demasiado el desayuno, por lo que tuvo que soplar y dar pequeños sorbos apresurados, antes de terminárselo, despacio, salió de su casa a la mañana lluviosa, cuando depositó su pie, derecho sobre la acera mojada, fue consciente de su despiste: había olvidado ponerse los zapatos

Speken Thing participa con este relato en el concurso La pezuña de plata

Comentarios

  1. Llueve sobre mojado, a quién no le ha pasado esto alguna vez?
    Un cuento costumbrista pero inspirado. A mi me pasó algo parecido hace tiempo, pero con un paraguas 😞

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  2. El cuento en estilo descriptivo te guía bien a través de su personaje. No se porque, tal vez por la cadencia, me he imaginado una persona mayor y quizás por eso no me ha sorprendido el final. No obstante para pezuña no lo veo. ¡Suerte!

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  3. Querido Speken Thing:
    Espero que la llegada de este comentario no te haga caer en el desánimo pero... ¿Qué has hecho Speken Thing? ¿Me quieres explicar por qué quieres que pensemos que el texto es malo por poner comas donde no debe haberlas o por no poner el punto final o por repetir palabras en una misma frase o por invertir su orden?

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  4. Reverendo Javier Wenceslao Martínez Turrialba10 de noviembre de 2023, 11:26

    Descriptivo, lento y algo denso, pero no es malo (por lo menos, no destaca por su incoherencia ni mal desarrollo).

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  5. Es este uno de esos molestos relatos en que no sabemos si el autor realmente redacta así de mal o intenta perturbar la lectura con frases ambiguas y de construcción inusual elegidas cuidadosamente para desorientar. Una lectura correcta, respetando la puntuación, nos informaría de alguien que duerme en la silla, del color del gancho de la cocina, que el desayuno se calienta al lado del microondas, que despacio se termina el desayuno o despacio sale el sujeto a la mañana lluviosa, o ambas cosas lentamente. Y bien, cuando “deposita” como quien lo deja ahí para que otro lo recoja, el pie, es de suponer que el izquierdo, derecho sobre la acera mojada, ocurre el pequeño contratiempo que da título al relato. Precisamente con esa frase del final, con el pie depositado sobre la acera bien derechito, se enturbia la lectura al no saber a ciencia cierta si es el pie derecho el depositado y la puntuación incorrecta, o es correcta la puntuación, aunque extraña, dando lugar a esa lectura que parece hecha a propósito para suscitar la confusión. Pero, una vez más, quizá la pretensión de una lectura tan puntillosa no sea de rigor, ni el rigor pertinente donde cada cual da por sentado un sentido que más que el aportado por una lectura correcta es el más convencionalmente intuido por la trama y el desarrollo del relato.

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  6. De lo mejorcito que se ha presentado al certamen, de ahí que tenga pocas opciones a premio. Prosa fluida, se lee del tirón y el desenlace ocupa apenas una frase. Enhorabuena, Speken Thing.

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