🐷 SIETE \ LPPIII_007

Aparecieron inesperadamente los siete el mismo día. El más alto vestía un traje negro. Todos, los siete, eran extranjeros, se percibía. Apenas hablaban pero se veían de fuera. Rives se acercó por si le invitaban. No tuvo suerte y regresó a su mesa. Las demás aprendieron de la experiencia Rives. Siete whiskies solos fue lo que pidieron. Siete minutos transcurrieron hasta que los acabaron. Bebieron como si fuesen desconocidos, sin palabras. 
Pensaron si pedir o no otra ronda. Sin cruzar una palabra decidieron que no. En silencio se giraron hacia la salida. El último en salir fue el alto.
Fueron siete minutos muy intensos, perfectos, inolvidables. Tenían toda la pinta de ser extranjeros. Creo... ¡sé que les echaremos de menos!
Y ahora podríamos empezar con el ocho...

Nueve participa con este relato en el concurso La pezuña de plata

Comentarios

  1. Lo único bueno de este relato es la ambientación que Nueve crea con los misteriosos 7, pero para mi gusto lo rompe al final con la última frase. Pero quizás eso lo hace malo, osea que es bueno para este concurso.
    En Fin, ya veremos. Suerte 9.

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  2. Este ejercicio vacuo de narrativa intrigante se plantea como enigma disfrazado de adivinanza, o al revés, el misterio impregna el ambiente ya desde el principio, sugiriendo tensión y amenaza latente, todo falso pero como el estilo telegráfico somete la acción a una dosificación inescrutable ayuda a mantener la tensión hasta el final, en el que se desvela el juego inútil de los siete magníficos que preceden a un octavo más inverosímilmente enigmático todavía. Los whiskies, el silencio, la taciturnidad sin rastro de amenaza que la hace más inquietante porque oculta cualquier pista sobre su sentido. Destacaría para antología la frase: “apenas hablaban pero se veían de fuera”, que añade un toque discordante a la sobriedad elegante del relato pulcramente desgranado. También los que “aprendieron de la experiencia Rives” están un poco descolocados en el ambiente general. Naturalmente nada está fuera de lugar, porque todo el relato es parco en revelaciones que esclarezcan su sentido general. Hay unos sutiles juegos verbales como “bebieron como si fuesen desconocidos, sin palabras” que contribuyen a reforzar el ambiente enigmático y ambiguo porque sugiere que eran desconocidos entre ellos mismos además de para los habituales del lugar que, como se ha dicho, ya los veían de fuera. Claro que, resulta difícil con lo del whisky y el más alto vestido de negro no evocar las típicas películas de pistoleros de los westerns clásicos en los que se busca a un forajido o se planea una fechoría o venganza, con ese silencio que se masca en el ambiente. Todo eso se desmiente con la ridícula observación del narrador sobre los minutos intensos, que disipa el malestar. El final, perfectamente chapucero, añade el elemento gratuito, puramente numérico, que diluye el relato en una simple elaboración vacía, por ahí empezamos.

    El destino ha querido que también en el número siete aparezca aquí el relato, cosa curiosa, a no ser que haya sido amañada.

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    1. ¡Ahjajá! Creo Trikolz que has pillado a los del blog con uno de sus relatos camuflados. Estoy de acuerdo, demasiada coincidencia.

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  3. Es un cuento aburrido pero aprendes a contar, igual que en barrio sésamo

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  4. Si, un relato aburrido. Sin embargo cuadran demasiadas cosas en lo formal, todas las frases contienen siete palabras. Y el juego de la última sugiere empezar con ocho. ¿Ocho pala ras por frase, Nueve?

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    1. Qué curiosa la observación. A mí nunca se me hubiera ocurrido contar palabras de frases a no ser que fuera el autor o autora.

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  5. "No tuvo suerte y regreso a su mesa" tiene 8, quizas es una señal?

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  6. No se tenia que haber publicado.
    Fuera. Es una burda imitación del ganador de la primera edición. Plagio plagio, plagio plagio

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    1. Que a su vez, hay que recordarlo, fue una versión mínima de un texto de Kafka, muy respetuosa con el original. Pero aquí, en mi opinión, el parecido no atañe a la estructura y puede ser casual.

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    2. Compañeras francotiradores, atención y a vuestros puestos. Los organizadores del concurso nos ponen a prueba. Afinen la puntería.

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  7. Reverendo Javier Wenceslao Martínez Turrialba30 de octubre de 2023, 16:06

    Sí, en efecto Trikolz puede haber dado con un impostor pero, más allá de ello, el relato en cuestión crea una atmósfera y la cultiva sin graves altercados conceptuales, llevando a un final abierto que sugiere la continuidad en los números enteros. Aunque tal final abierto es muy insulso y, por ende, cualquier historia continuada o implícita sobre Rives no parece ser de mayor interés, si nos limitamos a los aspectos de construcción formal no hay ningún fallo insoportable. Es una tediosa historia con una descripción muy evocativa y sin muy graves errores formales. Asimismo, recalco el símil excepcional "bebieron como desconocidos" y deseo que "Tenían toda la pinta de ser extranjeros" se refiera a "minutos" y no a los siete. Sería maravilloso.

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  8. Antonio Manchado10 de mayo de 2024, 1:35

    Una historia ligerita, sin pies ni cabeza. En nombre del buen gusto y la buena educación, es de agradecer que no haya hecho la consabida rima del ocho.

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