🐷 EXCUSAS BASTARDAS \ LPPIII_010
La parte consciente de mi
persona es cada vez más menguante. No sé si será culpa de la altura de los
edificios de la ciudad que apenas dejan pasar la luz del sol, lo que no
realimenta mis baterías, lo que me hace un ser lento, lo que me impide llegar a
tiempo, lo que hace que sea un superhéroe de segunda categoría, lo que provoca
que nadie me respete, lo que ocasiona que mi mujer me haya dejado, lo que
ocasiona el desafío consciente de mis hijos no reconocidos, lo que me conduce
de cabeza al bar todas las noches, lo que motiva que no deje de beber hasta
desmayarme, lo que ocasiona que amanezca cada mañana en la cama de una mujer
anónima que asegura que me he casado con ella de por vida.
Carpanta García participa con este relato en el concurso La pezuña de plata
Ya veo, Carpanta. Sí, creo que lo tengo meridiano. Más que claro, cristalino. Te has quedado sin lapiceros ¿verdad? Y has dicho:
ResponderEliminar" Pues, oye, en la Pezuña los dan gratis y con honores". Y, así nos dejas, como quien no quiere la cosa, tu relato para el concurso de peor, con pretensión de ser el mejor.
Discrepo con Matilda, pues veo un intento de escribir mal conectando cada pensamiento con "lo que" y enmarcando un fragmento insulso de narración más bien ausente. El principio apuntaba a lapicero, todo sea dicho. Pero el atasco generado después es de lo más pezuña (aunque no creo, en mi humilde opinión, que se acerque a los premiados).
ResponderEliminarLos " lo que" son fundamentales en un texto donde salen tantas excusas fuera como tragos de ginebra entran dentro.
EliminarTambién podría decirse que los
" lo que" son como los vómitos del alcohólico, de sopetón y uno tras otro.
La repetición "lo que" enumera cada excusa y la carga de rabia, resentimiento y victimismo.
Sin "lo que" la lectura sería otra, en mi humilde opinión.
Encuentro el cuento y lo leo, pero no encuentro motivos para considerarlo como malo o pésimo, lo que me lleva a pensar que es bastante entretenido, lo que me lleva a pensar que hay interés por el lápiz
ResponderEliminarCoincido con Reverendo, esa primera frase es en si misma un relato, una declaración de intenciones que bien llevada podría explorar y transitar por interesantes líneas literarias pero queda mancillada por la que ha decidido explorar Carpanta y que parece desconectada de ese prometedor y estupendo principio.
ResponderEliminarNo obstante para pezuña no lo veo.
En todo caso , suerte Carpanta.
Lapicero, lapicero. Tal vez ese final...
ResponderEliminarBueno... El típico cuento de 1,2,3,4,5,6,7,8,9,10. Efectista sí, pezuñil no. A mí me pasa un poco lo mismo cuando me levanto y veo a una mujer extraña y un bebé extraño, pero no voy contándolo por ahí. Está feo.
ResponderEliminarBuen trabajo, Carpanta!
A mí también me ha pasado. Me refiero a lo de amanecer en la cama de una mujer anónima que asegura que me he casado con ella de por vida
ResponderEliminar