✒ 48 clavos, por Timothy Blot. 9/10
Vuelvo al presente. Thomas ha aceptado gustoso mi invitación y cruzamos el campus camino de su Cadillac. Aún no lo sabe pero la sorpresa es que le voy a llevar, mejor dicho será él quien me lleve, al pequeño restaurante donde empezó todo. No he sido capaz de pedírselo hasta ahora, y creo que enfrentar los miedos del pasado es el broche perfecto para poner fin a esta aventura. Comprobar que ni la cabaña, ni la niña, ni la india, ni el mexicano son como los recuerdo de aquella noche. Quiero que dejen de aparecer en mis pesadillas. Quiero dejar de oír los gritos de Sara pidiendo ayuda.
—¿Adónde vamos? —preguntó Thomas.
—Llévame a la cabaña donde fuimos el día que nos conocimos, la de los 48
clavos…
No lo dije en inglés, ni en español. Las palabras que salieron de mi boca
formaban parte de aquel idioma en que Thomas habló la primera noche y que yo desconocía.
Él sonrió.
»Otra vez acabamos con lo que podría ser un FIN, pero queda algo más... ¿Cómo rematarías la historia?»
Pues querido Timothy, yo sigo viendo gato encerrado en los 48 clavos. Sara gritando, el sin nombre con pesadillas y hablando un dialecto raro , parece que de forma intuitiva e involuntaria. Si no es una secta con fines maléficos, tal vez sea una logia masónica en la que comparten dialecto, secretos y fórmulas ancestrales conservadas por los nativos de aquellas tierras. y Thomas ha introducido al sin nombre y vuelven a la cabaña para terminar el ritual de iniciación.
ResponderEliminarPronto lo sabremos. ¡ Que emocionante !
Thomas y El Sin Nombre llegan a la cabaña-restaurante o al restaurante
ResponderEliminar" La cabaña de los 48 clavos" que es su verdadero nombre. Se comen un plato de pescado asado con patatas panaderas especialidad de la casa con dos vasos de agua con gas y una rodaja de Limón. Son atendidos maravillosamente por la familia Jones. La cabaña es un negocio familiar que ha pasado de padres a hijos durante 48 generaciones, de ahí el nombre 48 clavos. Hay quien solo va allí por el menú especial, pero hay otros que acuden o son llevados para sanar su alma. Thomas también llegó allí como becario con más sombras que luces debido a su adicción a la cocaína. Al igual que El Sin Nombre, aquel trago, ácido y amargo a un tiempo, de la petaca de su compañero fue el principio del fin.
Sara fue quien contactó con Thomas para que aceptase la solicitud de su pareja y le ayudase con la desintoxicación.
Pues, hala, propuesta hecha en blanco rosado y con flecos, muchos flecos jajaja. ¡ Timothy, aquí en España mucho calor y las neuronas no dan para más! Jajaja
¿ Cómo no le va a estar agradecido a Thomas? El Sin Nombre sale de la mierda gracias a él.
ResponderEliminarAquel día vió y vivió dentro de la cabaña una de sus peores pesadillas. Ahora, al volver abstemio, rehabilitado y recompuesto encontrará un lugar y unas personas totalmente distintas. Un laboratorio con auténticos maestros en medicina milenaria (y en pescado a la brasa).
Thomas encontró la cabaña por casualidad hace años recorriendo por ocio la zona con su Cadillac. Thomas aunó sabiduría ancestral y Ciencia y consiguió un elixir-medicamento( el de la petaca) para combatir alcoholismo o cualquier tipo de adicción en 9 meses. Como un renacer, vamos.
El chicharrero de Morón na que ver con el calor de España, Yabadabadú.
Creo Chiquero que las seseras están recalentadas, grado arriba, grado abajo, en Morón como en España jajaja
EliminarHuuuuy... lo de los gritos de Sara no me da nada nada pero que nada de buena espina... Mira tú que si al final resulta que no era una pesadilla ni una alucinación, sino que la cabaña, la niña, la india y el mexicano eran precisamente lo que parecían ser, personajes marginales y terribles que le quitaron a Sara su bebé no nato para llevar a cabo un ritual satánico con la complicidad de Thomas, y estos nueve meses el protagonista ha estado engañado por la supuesta carta de Sara (falsificada por Thomas para que no indagara en su desaparición)...
ResponderEliminarYo voy a apostar por un remate truculento de la historia, en el que el Sin Nombre se une al club de estos peculiares individuos para conseguir fama y fortuna mediante oscuras fórmulas ancestrales y ritos prohibidos, como ya consiguió Thomas en su día (¿cómo creéis, si no, que llegó a dirigir el departamento?). De perdidos al río, como diría aquel, y puesto que no puede recuperar a Sara al menos se hará con un puesto importante en el gobierno, desde donde poder legalizar las prácticas de la cabaña. O incluso, quizás intente utilizarlas para lograr que Sara vuelva a su lado y le ame de nuevo, aunque sea un poco en plan zombie...
Como podéis ver, hoy me he levantado con escaso color de rosa pastelón, la pinza se me ha ido más bien hacia el negro mate, jejeje.
En fin Timothy, a ver por dónde sales mañana, que a este paso veo que nos vas a dar una sorpresa a todos y vas a dejar todas nuestras teorías hechas papilla.
Al final, Amenábarmente, Los Otros no son los de la cabaña. Son ellos.
ResponderEliminarUna idea nada desdeñable querid@ anónimo, aunque un poco manida, eso sí. Pero la verdad es que todo está escrito ya y es difícil innovar.
ResponderEliminarQueridas y queridos,
ResponderEliminarTemo que hoy será otra noche sin pegar ojo. Los rayos y truenos apenas se escuchan con la tromba de agua que está cayendo sobre Belmarsh. A Small Bullfighter esto no le impide seguir roncando y espero que continúe así mientras tomo prestado su móvil para opinar sobre vuestros comentarios.
Funny Coffin sigue teniendo buen ojo intuyendo que hay gato encerrado. Yabadabadú se lanza con una visión costumbrista del asunto aún a pesar de los flecos. El chisquero apunta un verbo que será clave, “renacer”. Me da la impresión que Señora Cangrejo ha vuelto a hacer de las suyas con el Charlie... Anónimo nos regala en su escueto mensaje el maravilloso adverbio Amenábarmente y una idea particularmente original.
Lo único que puedo decir es que no puedo decir nada. En poco tiempo podréis leer el esperado final de esta historia y no quisiera estropear la expectación que está suscitando. Solo apuntar lo mucho que he disfrutado leyendo vuestros comentarios y descubriendo otros derroteros por dónde podría haber discurrido esta historia. Habéis apuntado algunas soluciones originales e inesperadas que bien podrían dar cuerpo a historias interesantes.
Este juego que acabará mañana no es nuevo ni original, es algo que hacemos cotidianamente, casi sin darnos cuenta, cada vez que leemos un libro o vemos una película: intentamos descubrir que le ocurrirá a los personajes y cuál será el final. La particularidad de mi propuesta es haber juntado a unas personas anónimas (o pseudónimas) que han participado exponiendo sus puntos de vista como si estuviésemos en una reunión de amigos, que desde ya es lo que somos. ¡Me encanta!
Espero no defraudar con el final y, si bien es cierto que algunos comentarios han estado cerca de acertar, me alegraré si sorprendo. Al menos un poco.
Estaré atento a vuestros comentarios de mañana y haré lo posible por responder con prontitud.
La lluvia parece que amaina y solo escucho los bufidos de mi compañero de suite. Parece un momento oportuno para intentar conciliar el sueño. O la pesadilla… ¡48 clavos!
Vuestro amigo entre barrotes,
Timothy Blot