✒ 48 clavos, por Timothy Blot. 7/10

—Mi querido amigo, a eso le puedo responder yo: 48 clavos necesitó el carpintero que levantó esta cabaña. De ahí viene… ahora —y levantando su vasito exclamó—: ¡Brindemos por los nuevos proyectos que han empezado hoy, y por los 48 clavos!

Apuramos nuestras bebidas de un trago y me sentí morir. La lengua y la garganta me ardían. Notaba como me empapaba un sudor frio que resbalaba por mi frente hasta emborronarme la visión. Un intenso humo amarillento como el azufre que salía  del caldero comenzó a comerse el aire de la habitación. Me costaba respirar. Temblaba sin poder evitarlo. Sara y Mr. Beauchamp sonreían ajenos a mis males. La mujer india y la niña deforme danzaban entonando cánticos que no entendía. El hombre del bigote mexicano se acercaba hacia mí con un enorme cuchillo de carnicero en una mano y un martillo en la otra. El círculo rojo se había despegado del suelo y flotaba a nuestro alrededor. Intenté moverme. Quería salir de allí. Quería sacar a Sara de allí. Quería que no hubiésemos ido nunca allí. Quería moverme, luchar. Pero mi cuerpo no respondía. Estábamos a punto de perder la vida y yo sin poder hacer nada, a punto de desmayarme.

—Mi querido amigo —dijo Mr. Beauchamp—, volviendo sobre su pregunta, no le he mentido, es cierto que el carpintero necesitó exactamente 48 clavos y que levantó esta cabaña con las tripas de los robles, de los nogales y de los pinos que nos rodean. Lo curioso es que si revisa con detenimiento la cabaña comprobará que se aguanta por un sistema de pesos y contrapesos apoyados en cuñas de madera. Es decir, que en la cabaña no hay un solo clavo. La pregunta que debe hacerse ahora es ¿para qué necesitó 48 clavos exactos el carpintero que levantó esta cabaña?



«Y aquí paramos! 
»Cierra esta entrega una nueva pregunta aún más complicada que la anterior, y... ¿Hacia dónde se encaminan los protagonistas?»

Comentarios

  1. Bueno, vamos por partes. En primer lugar, si el carpintero utilizó 48 clavos pero no puso ni uno solo en las maderas de la cabaña, yo creo que se los clavó a sus compañeros/ayudantes, antes de enterrarlos a todos en el bosque anexo. Y ahora la mujer india, la niña deforme y el bigotes mexicano se disponen a efectuar un ritual que los resucite porque son descendientes de alguno/s de los asesinados, para lo cual necesitan la bilis de un abstemio y la sangre de un bebé no nato. Qué macabro me ha salido, ¿no?
    Me choca que Sara esté tan contenta; Thomas lo entiendo, si es cómplice de todo el asunto, pero ella... eso daría credibilidad a la hipótesis de algún tipo de delirio provocado por la extraña bebida que le han servido (o a la ayahuasca de Chisquero), en cuyo caso lo más probable es que sea todo una ilusión y al final le dé un síncope a nuestro protagonista y lo tengan que sacar de allí en camilla.
    Pero yo me la voy a jugar y apuesto por mi primera opción: Sara y su novio van a tener que salir por pies después de luchar arduamente por su vida y la de su hijo. Y podría ser que Thomas no fuera cómplice de los tres siniestros habitantes de la cabaña sino que le hubieran engañado para que llevase allí a sus víctimas, y les ayudase a escapar. De ahí el agradecimiento inicial que nos contaba Timothy en la primera entrega del relato.

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  2. ¿ Una cabaña con 48 clavos?...Ni la del ratoncito Pérez... Pero como no, que la cabaña está construida con pesos, contrapesos y cuñas de madera pues los 48 clavos son para otra cosa. ¡ Juguetón nos ha salido El Timothy! Te veo tumbado en tu litera de la celda 210, mirando al techo, ahogándote de la risa y diciéndole al de la celda 211 " Mala madre, éstos del blog ya no saben ni por dónde tirar". Jajaja

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  3. El Bigotes con cuchillo y martillo, tan callado e impasible entra en acción. Que un personaje vaya provisto de esas "armas" nos conduce a lo siniestro. Pero yo no me voy a dejar llevar por un relato de terror aunque lo parezca y aunque Timothy ya dijera que terror iba a haber. ¡ Soso!, diréis. Pues sí. Resulta que puede ser un ritual emocionante sin llegar a ser tétrico. De echo, estaréis conmigo en que van 6 entregas interesantes que nos han enganchado y no ha habido ninguna gota de sangre. Apenas unas harcadas y un vómito de Sara. Jajaja.
    Pues bien, dentro del ritual o rueda medicinal ( insisto con mi teoría); el martillo es un símbolo de Justicia ( a modo de mazo de juez) y el cuchillo un símbolo de poder y fuerza; junto con los 48 clavos que sirven para unir, asegurar y crear fortaleza, vemos claramente hacia donde se dirige la escena. Se va a crear una familia con un juramento lejano al hipocrático y que blinde el secreto que Thomas se trae entre manos.
    El trance en el que se encuentra el protagonista está dentro del plan y es la descripción de sus síntomas lo que crea un ambiente sórdido junto al aspecto de la familia de la cabaña.... Por ejemplo...jajaja

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  4. Señora Cangrejo que nigromántica te has puesto, jajajaja, solo te ha faltado un rabo de lagartija en el conjuro.
    Bueno, bueno, como se pone la historia. Efectivamente está claro que nuestro pobre narrador sin nombre está totalmente enajenado, drogado o alucinando. Tal vez sean delirios provocados por una enfermedad. Ahora bien hay una cosa clara , si tenemos en cuenta que el primer capítulo es el último día de el narrador- protagonista en Kentucky y en él, está lúcido y agradecido a Thomas y los demás capítulos hasta ahora son el recuerdo de su primer día, realmente de unas horas, sea lo que fuera que le estuviera pasando parece que acaba resolviéndose para bien. A dónde se encaminan los personajes protagonistas en ese delirio pues yo diría que seguirán siendo fieles a su comportamiento hasta ahora, amenazadores y sórdidos los extraños habitantes de la cabaña mientras Thomas y Sara seguirán sin reaccionar al estado de pánico del sin nombre.
    No se me ocurre nada respecto a para que usó el carpintero los 48 clavos.
    En fin va quedando menos para el desenlace, ¡ Qué pena¡ porque me lo estoy pasando el equivalente a 48 clavos de felicidad.

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  5. Buenos días, por decir algo, que aquí esta cayendo un calabobos incesante que se cuela entre las rejas y tengo la suite encharcada…
    Bien, vamos allá. Sigo mosqueado con usted Señora Cangrejo: la hipótesis que deshecha se ajusta bastante a lo ya escrito (y en vías de publicación), aunque después nos ofrezca otra alternativa (que bien podría ser para disimular que tiene información privilegiada…). No le quito ojo al Charlie, ayer le dio por escribir varias cartas y aunque desde mi puesto de vigilancia no pude leer lo que escribía si pude ver que lo hacía con un rotulador rojo y dibujaba corazoncitos en los márgenes. Amor debe haber pero lo de escribir no es lo suyo… ¡Si lo sabré yo! Desde que llego aquí jamás le he visto coger un bolígrafo. Bueno si, una vez, y fue para hacerse un ""pincho" y plantarle a cara a las “hermanitas”… En fin, todo muy sospechoso. Sigo atento.
    Aquí, tumbado en la litera y mirando al techo, solo puedo decirle a El Chisquero: Ho, ho, ho.
    Yabadabadú muy astutamente se ha dado cuenta de que en lo que llevamos de relato y aún a pesar de lo tétrico, no hay gota de sangre ni nada terrorífico si exceptuamos lo que nos filtra el Sin Nombre. Y quizá lo del Sin Nombre sea por algo…
    Y con la memoria fresca Funny Coffin nos recuerda que el Sin Nombre nos está relatando el pasado desde un estado anímico tranquilo y sereno. ¡Bien visto! Lo que da pie a un spoiler del capítulo que leeréis mañana: en apenas tres breves párrafos los tres personajes principales salen de la cabaña y se recolocarán sus roles tomando nuevas posiciones en la historia. Entenderemos qué le debe el protagonista a Thomas, que pasa con Sara y cuál es el origen de esa amistad que a día de hoy mantienen los dos hombres. Como os digo, la próxima entrega cuenta mucho en pocas palabras y cierra tanto las posibilidades narrativas que bien podría ser el final de historia. Aunque…
    Me alegro de que este ejercicio os aporte el equivalente a esos 48 clavos de felicidad, que son los mismos que me aporta el leer vuestros comentarios. Snif, snif, que mal lo pasaré cuando esto acabe y ya va quedando poco. ¡Pero aún hay chicha!
    Buf, el calabobos ha mutado en tormenta eléctrica y Tommy me requiere el móvil con premura. Dice que le podría caer un rayo y nos dejaría aislados… o fritos que viene siendo peor. Así pues, ya hablaremos.
    Saludos húmedos (literal y sin segundas, que ya sé lo fino que hiláis por tierras de España) del Tommy y de Timothy Blot.

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    Respuestas
    1. Cierto, Timothy, el que más o la que menos o viceversa, vamos cayendo ya en algo de morriña a medida que se acercan las últimas entregas. Comentarte y leer tus comentarios se ha hecho imprescindible y lo echaré de menos. No solo yo sino los tres moscardones que, aquí en Morón, acuden a la miel cada lunes, miércoles y viernes para que les lea la entrega y los comentarios. Los tuyos son muy ingeniosos, con mucha camaradería y un sentido del humor muy cercano. Creo que hay que agradecer al traductor google, en este caso, la fidelidad.
      Los comentarios de los compañeros no van a la zaga, todo hay que decirlo.
      A todos os estoy muy agradecido.

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    2. Me sumo al colega Chisquero, estoy deseando leer la historia completa pero a la vez temo el día en el que no me levante y piense "voy a ver qué dice hoy Timothy o alguno de sus amigos". He pasado -estoy pasando- muy buenos ratos tanto con los gota-a-gota del relato como con los comentarios de mis congéneres. En este tiempo veraniego en el que todo se ralentiza con el calor, estos aportes de frescura siempre se valoran. Así que, muchas gracias Timothy, por compartir con nosotros estas elucubraciones tuyas en forma de juego literario. Espero que no sea el último.

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