✒ 48 clavos, por Timothy Blot. 4/10
Cuando nos acercamos, mis expectativas decrecieron aún más. El candil que
colgaba a la entrada aportaba más luz de la deseable sobre el montón de cajas
sucias y latas oxidadas que se amontonaban a ambos lados de la puerta, incluso
con su balanceo parecía que hubiese vida en ellas. Eso sin contar al numeroso
grupo de insectos que danzaban a su alrededor. Intentaba distraerme con
cualquier cosa evitando la mirada reprobatoria de Sara, y en lo posible, no hacer
caso a la mía. Llamó mi atención el único distintivo que adornaba la fachada.
Unos trozos desiguales de maderas cogidos con una soga, en los que alguien
había manuscrito «48 clavos» con pintura roja.
Una diminuta y malformada mano apareció de pronto por la ranura de la puerta dándonos la bienvenida. Al abrirla vi que pertenecía a una niña envejecida y diminuta, con unas deformaciones que se extendían por todo su cuerpo y que quedaban ocultas, en parte, bajo el raído camisón que llevaba encima. No pude aguantarle la mirada y baje la vista. Iba descalza, y en lugar de pies, me pareció que sus delgadas piernas acababan en pezuñas. En más de una ocasión la bebida me había confundido hasta el punto de no saber discernir lo que era real y lo que aportaba mi imaginación. Pero si era la primera vez que llegaba a este estado con tan poco alcohol en sangre. O lo que fuese aquel brebaje. Me giré y vi que Sara y Mr. Beauchamp subían ya los escalones del porche conversando animadamente. La sonrisa de Sara era sincera, y eso me tranquilizó.
»Ya van apareciendo los clavos y algún otro personaje, ¿Adivinas qué pasará ahora?»
¡Esto se pone interesante!
ResponderEliminarTengo varias teorías. Por una parte el brebaje que ha bebido el protagonista que puede haberle causado como apunta el propio narrador alucinaciones que le hacen ver cosas extrañas. Cómo extraño e incongruente me parece que Sara charle cordialmente con Thomas cuando al principio parecía repudiar aquel sitio.
Pero me voy a aventurar con otra teoría . ¿Y si esa niña deforme es el producto de algún experimento llevado a cabo por Thomas?¿ Y aquel sitio es una especie de parada de los monstruos?
Es más vuelvo a apostar y digo que todo o nada. Que envido a grande. Que las dos teorías son factibles y confluyentes.
¡ Órdago, Funny! Esa cabaña va a ser la casa del terror.
EliminarQue el prota alucine con tan poco alcohol, como dice, es consecuencia de la abtemia de los alcohólicos. Recordemos que llevaba 3 meses sin probarlo.
Perdon cómo habéis visto me he cambiado el nombre pero ha sido por error.
ResponderEliminarExperimentación, haberla hayla. Pero...¿ Y si es a la inversa? ¿Nacidos deformes a los que se les trata para dotarles de "normalidad"?
ResponderEliminar¿ Es Beauchamp el maligno o Thomas el benefactor?
El inicio del relato nos describía la camaradería a la que llegarían Thomas y el protagonista. Por consiguiente, creo que todas las actuaciones van a ser pactadas. Por otro lado también se desvela al inicio los nueve meses de permanencia del protagonista en Kentucky. Nueve meses, justo lo que dura un embarazo ¿el de Sara? A medida que voy escribiendo me van surgiendo nuevas hipótesis que descabalan lo anterior. Será mejor que lo deje y espere a la quinta entrega. Jajaja
Uy, qué sitio más extraño la dichosa cabañita... Y ese ser deforme... mi mala espina va creciendo con cada frase. No olvidemos que al principio del relato se desvela que Thomas dirige el departamento de Neurociencia, lo cual podría llevarnos, en efecto, a experimentación con humanos, de ahí que el bebé de Sara sea tan "propicio". A lo mejor es que soy muy mal pensada, pero yo que ella no me fiaría demasiado de Thomas, y si además anda empujando al protagonista a regresar a la bebida, con mayor motivo. Ese compañerismo que parece haber surgido entre ambos tras nueve meses de trabajo juntos puede ser sólo una fachada de Thomas, no sería la primera vez que alguien mantiene engañados a todos a su alrededor. Yo sigo votando por la maldad de Thomas, creo que Sara debería fiarse menos de él y el protagonista debería fijarse más en lo que tiene delante de las narices, por lo que pueda pasar.
ResponderEliminarY, yo que ellos, no tomaría el menú de la casa.
Aquí en Morón nadie se fía ni del Tato. Como para fiarme ni del Mister, ni del que le da al drinki y, a saber si habría que fiarse de La Sara. Es de cajón que la parejita va a estar metida hasta las cejas en un cotarro por voluntad propia y por pasta, mucha pasta. Tal vez no se imaginan que se van a llenar de mierda hasta las orejas pero, sobre todo Sara, lo va a pagar muy caro.
ResponderEliminarHablas con mucha autoridad Chusquero . ¿Tal vez tienes información privilegiada? ¿O son puras conjeturas?
ResponderEliminarLo veremos. El único con info privilegiada es el incorruptible Thimoty. Lo digo de buena tinta.
EliminarY... Chisquero, Funny, Chisquero. Chusquero es otra cosa.
Perdóname !Chisquero, la precipitación que es muy mala. Lo que puede cambiar una palabra por una sola letra ¿verdad?
EliminarBuenos días mis queridas y queridos escritores,
ResponderEliminarHe dedicado el tiempo que tenía hoy a responder a los comentarios de mensajes anteriores, y antes de publicar una nueva entrega del relato, no puedo dejar de escribir un último comentario a estos vuestros del relato del post del miércoles. Me gustaría hacerlo uno por uno, pero el tiempo me vence.
Empecemos, la historia va tomando cuerpo y están a punto de entrar en una cabaña que no augura nada bueno… Fuuny Coffin (que se cambia el nombre cuando quiere) apunta, no falto de razón, que la cosa se pone interesante. Si, hay alucinaciones del personaje (o eso parece), y es misteriosa la cordialidad que le prodiga Sara a Thomas… ¿La niña deforme anuncia que van entrar en La parada de los monstruos? Hoy sabemos algo más, pero algo de eso hay… o no... o es otra cosa…
Mus apunta que entramos en la casa del terror. ¡Y terror habrá! También apunta a la abstemia de los alcohólicos. Lo que podría indicar que cuanto nos cuenta el protagonista estuviese viciado porque su percepción esta distorsionada. ¿Es real lo que cuenta?
O quizá acierta Yabadabadú con su sugerencia de experimentación (en cualquiera de los sentidos que plantea). Aún no se decide con Beauchamp. ¿Es bueno?, ¿Es maligno? Lo que sí queda claro es que tendrán un vínculo de amistad… o algo parecido. Y subrayo el buen ojo de Yabadabadú por haber visto lo de los nueve meses.
La Señora Cangrejo también tiene la mosca detrás de la oreja con la “dichosa cabañita” y nos recuerda que todo parte de que nuestro protagonista ha ido para trabajar en el Departamento de Neurociencia… lo que subraya la idea de la experimentación con humanos y la palabra “propicio” al referirse al embarazo de Sara… Bien pudiera ir todo por ahí, pero coincido con Miss Crab en no tomar el menú de la casa. Nunca. Ni siquiera la carta. Cuidadín con lo que comemos y bebemos.
Desde Morón, El Chisquero no se fía de ná ni de naide. ¡Bien hecho amigo! Que en la cabaña va a pasar cosas está claro. Clarinete como dicen ustedes por allí. Que el tema sea cuestión de “pasta, mucha pasta” es harina de otro costal. Quizá haya intereses más importantes que la pasta…
Y por último aclarar a Funny Coffin que las sospechas sobre los privilegios de El Chisquero son infundadas y no responden a la realidad. Él no sabe más que el resto. Aunque entiendo que puedo no ser muy creíble si tenemos en cuenta como son en Morón y que yo soy un poco… como decirlo… apegado a mi integridad física. (¿Lo he justificado bien Chisquero? 😬).
Atención, amigas y amigos, paramos aquí porque voy a preparar la publicación del siguiente episodio…
Besos para ellas y abrazos para ellos de Timothy Blot