✒ 48 clavos, por Timothy Blot. 1/10

Se acercaba la hora del almuerzo y mi beca en la Universidad de Kentucky estaba a unas horas de concluir. Despedirme de mis compañeros me había provocado un sentimiento de tristeza mayor del que había previsto, y la aflicción aún me acompañaba cuando recorría el pasillo que me dejaría ante la puerta del despacho de Thomas. Con el pretexto de darle las gracias y ponerle al día de los asuntos que quedaban pendientes, tenía intención de invitarle a comer. Soy de los que opinan que las despedidas se digieren mejor comiendo y bebiendo, e ir añadiendo más de lo segundo en función de las circunstancias. Decirle adiós a Thomas iba a resultarme francamente difícil y dudaba de si en el pequeño restaurante que había elegido tendrían las reservas suficientes de alcohol.

Thomas Beauchamp dirige desde hace años el departamento de Neurociencia y el proyecto en el que he colaborado activamente durante los últimos nueve meses. Fue él quien se decidió por mi solicitud de entre los miles de aspirantes que optaban a la beca de investigación internacional. En cuestión de días me envió la documentación y el contrato junto con los billetes de avión. Si, billetes, en plural, porque insistió en incluir el vuelo de Sara cuando le comenté que me acompañaría durante unos días para que me resultase más fácil instalarme. Pero es mucho más que eso lo que le debo. Mucho más



«Y aquí paramos!
»Ahora responde: ¿Eres capaz de apuntar en los comentarios qué pasará en la siguiente entrega?»

Comentarios

  1. Puestos a disparar a ciegas a alguna diana, yo me atrevería a aventurar que Thomas conocía a Sara de antemano, de ahí su empeño en que se sume al vuelo del protagonista, y posiblemente fuera esa la causa de que éste fuera el elegido entre tantos candidatos. Auguro un reencuentro tormentoso entre Thomas y Sara. Y en cuanto a todo lo que el protagonista le debe a Thomas... huele a asuntos turbios, sin ninguna duda.

    Seguro que no van por ahí los tiros, pero seguiremos el desarrollo con gran interés. Mucho ánimo Timothy!

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  2. Intuyo que Sara y el narrador son muy mejores amigos.
    Thomas y el narrador tienen, también, buena relación ¿ Cómo para una relación sentimental? Les cuesta despedirse. Tanto, que piensa en si el restaurante tendrá las suficientes reservas de alcohol. No encuentro entre ellos asuntos turbios ni presentes ni futuros (Siento discrepar con usted, señora Cangrejo) . En todo caso, Thomas tiene más pinta de haber cubierto las espaldas al narrador en alguna metedura gorda de pata que le hubiera hecho perder la beca en Kentucky. En definitiva, creo que en la siguiente entrega descubriremos los lazos que conectan a los tres personajes.

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  3. Buenos días desde la prisión de Belmarsh,
    Ustedes no lo saben pero hoy no es día de acceso a internet. Alguna pista les dará la hora a la que se envía este mensaje, tan lejos de los horarios regulados de aquí... Es la ventaja que tiene compartir celda con Tommy C. P, alías Small Bullfighter, y disponer de un par de cigarrillos para hacer canjes, lo que equivale a diez minutos de acceso al móvil de Tommy... Pero vamos a lo nuestro: nuevamente me sorprende la perspicacia de Señora Cangrejo y Yabadabadú (y el silencio del resto). Sus respuestas continúan abriendo nuevas posibilidades para unos personajes con los que podrían escribir historias muy distintas a la que publicamos aquí. Y sin embargo algunos detalles de sus comentarios se acercan sutilmente al futuro. Como esos asuntos turbios, oscuros... o la intuición sobre los vínculos afectivo-sentimentales entre los protagonistas... Que si bien no son un pleno total, aciertan en que algo de eso nos podremos encontrar...
    No quisiera dar más datos porque me conozco y sería capaz de contar la historia entera aquí mismo. Así que esperemos a ver la rebelación de hoy para ver que respuestas nos aporta y que preguntas nos plantea.
    Os animo a mover las neuronas (en singular para los hombres, como es sabido) y seguir participando en este juego de creatividad.
    Por mi parte voy a ver si Tommy me acepta el regateo y disfruto de unas caladas mientras escucho el soniquete de la lluvia. Ya saben, el four saeasons in one que se da por aquí...
    Disfruten del sol (sin pasarse) y de la lectura (sin limitarse).
    Buen día!
    Buen día!!!

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    1. Un detalle ortotipográfico que me apunta Tommy y que habrán sufrido leyendo el texto anterior: La palabra "rebelación" no existe. Lean "revelación" en su lugar y disculpen mis limitaciones en el idioma de Cervantes.
      Timothy Blot

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  4. Aquí, El Chisquero, desde Morón de la Frontera.
    Timothy, tío, podrás imaginar por qué me llaman el Chisquero. Aquí nadie fuma si no es con mi tabaco y siempre a cambio de algo. La vida puta te hace cabrón. Sin embargo a tí te noto blando, Timothy ¿ será la lluvia de Belmarsh? Aquí, en Sevilla, la lluvia es más pura maravilla que nunca. No cae una jodida gota desde el diluvio universal. Se nos recalienta la sesera con tan solo poner un pie en el patio y de ahí a sacar la mala leche agria y calenturienta solo hay un paso. Con pistolas, habría duelos al sol diarios y en sesiones continuas. A tí, Timothy, aquí en Morón, tan sólo por pedir disculpas por el error ¿cómo has dicho? Otrotip…bueno ese porque te has confundido en la “v”, ya te habrían hecho morder el polvo. Aquí los modales se pagan porque son signo de debilidad. Oye, que por mí no es, conste.

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    1. Buenos días Chisquero,
      Podría ser la lluvia de Belmarsh, no te lo discuto, pero la etapa de cabrón ya la superé. Eso suponiendo que la pasase porque nunca he sido mala persona. Tan solo he tenido mala suerte en eso de dónde nacer. No se ni dónde está Morón de la Frontera pero igual de haber caído allí hoy estaría más curtido y no pondría bes por uves. O no pediría disculpas. O lo resolvería como hacéis los "moronenses fronterizos"... ¡Quien sabe!
      Y ojo, por lo que cuentas, ten ciudadín de que no te pillen leyendo el blog... o leyendo cualquier cosa, que leer también atenta contra la masculinidad beligerante.
      Palmadotas en la chepa, Chisquero!
      (Que según me dice Jacinto G. T, uno de Cádiz que tenemos por aquí, es como se saludan los machotes por la piel de toro. Y si me toma el pelo, mis disculpas).

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