📖 El club en el blog (11). La cáscara amarga. Jesús Ruiz Mantilla.

La historia comienza cuando Emilia sufre un infarto cerebral y mientras su cuerpo lucha para seguir viviendo, su mente viaja hasta el pasado para recordar su niñez y quienes la acompañaron en esa etapa de su vida.

Sus primeros recuerdos se centran en su madre, María, a quien todo el mundo llamaba la Chila. Casada con marinero de tendencia a beber más de la cuenta se vio obligada a buscarse la vida para mantener a su familia. También recuerda a su padre, un hombre que desapareció cuando encierran a su mujer y que abandonó a sus hijos por ser incapaz de asumir responsabilidades.

La vida a veces puede ser muy difícil. Y como dice  el cine, a veces” la realidad supera la ficción”. En esta novela también se va más allá. El instinto de supervivencia de Emilia y de "La Chila" en la posguerra consigue que estas mujeres sobrevivan en situaciones imposibles de imaginar. Fueron tiempos de incertidumbre, miedo, hambre y miseria para muchos españoles, de hombres y mujeres duros que no podían luchar sino aceptar lo que venía. De enfermedades, de hijos muertos, madres y padres desaparecidos, de odios y venganzas personales.

En esta novela no encontramos personajes sino personas de carne y hueso, porque lo que leemos son nuestras propias vivencias o las de nuestras familias. Su modo de actuar viene dado por las circunstancias y su instinto de superación. La protagonista es Emilia Fuentes Ruiz, que prácticamente desde su nacimiento vio como la mala suerte tocaba a su familia sin remedio. Creció rodeada de muerte, desgracia y miseria viendo como desaparecían algunos de sus hermanos y sintiendo sus ausencias.

Cárcel de mujeres Santurrarán

A pesar de que es Emilia el personaje central, María “la Chila” tiene un peso definitivo en la historia. Fue una mujer con mala fortuna y falta de cariño desde su nacimiento,  que aprendió a sortear las desventuras con una fuerza brutal. Ni puede detenerse a llorar la muerte de algunos de sus hijos porque los otros también la necesitan, y, porque tenía que mantener su pequeño puesto, donde compraba todo el barrio los productos que ella intercambiaba caminando de pueblo en pueblo y gracias al cual su familia podía comer.

Pero La cáscara amarga también es una historia de superación porque Emilia no sólo aprendió a vivir sin su madre, en la calle pasando hambre y frío, sino que se convirtió en una luchadora y una mujer que levantó gracias a su inteligencia una gran empresa. Comenzó ya desde muy joven a envasar las anchoas a su propia manera consiguiendo con los años un negocio con mucho esfuerzo.

Jesús Ruiz Mantilla nos narra esta dolorosa historia con una prosa sencilla pero muy cuidada. Se estructura en dieciséis capítulos cuyo título hace referencia a algunos de sus personajes y está narrado a través de una voz en tercera persona que nos habla más de las emociones de los protagonistas que de aquello que les rodea.

La historia se desarrolla en un pequeño pueblo de mar llamado Santoña en Cantabria, donde la mayoría de sus vecinos vivían de la pesca. Un lugar donde las opiniones y las inclinaciones políticas no se podían esconder y un lugar donde tampoco se olvidaban los enfrentamientos entre sus vecinos. En esa época de dolor, hambre, odio, y silencio que fue la posguerra española en muchas casas, en casi todas, se vivía una desgracia.

Es, sin duda, la historia de una generación que ha superado grandes dificultades y que ha conseguido con su lucha que este país tenga una democracia con derechos y libertades, y que ésta permitiera la prosperidad de todas aquellas familias a las que la guerra les dejó sin nada. Personas que lucharon contra un destino plagado de injusticias.

Es una historia tan cercana que nos hace revivir esa etapa de la historia de España que no debería repetirse nunca.