📖 El Club en el Blog /3. Helene Hanff. 84, Charing Cross Road
El 20 de septiembre de 2020 se publicó en la web Punto Estado de México, un artículo firmado por Nefertiti Madisson, que ha circulado por las redes sociales con cierta frecuencia, donde habla sobre el propósito de la lectura, y cuenta una bonita conversación entre un maestro y su alumno, bastante tranquilizadora, por cierto, para quienes solemos olvidar las tramas de los libros que hemos leído. Pero si hay uno que nunca podré olvidar es 84, Charing Cross Road, de Helene Hanff. Esto se debe a que fue el libro propuesto para la primera sesión del primer club de lectura de las bibliotecas municipales de Leganés, el de la biblioteca Rigoberta Menchú, en noviembre de 2006, y me impactó tanto que siento la necesidad de releerlo de vez en cuando.
La autora, nacida en Filadelfia y residente en Manhattan, se propone adquirir la cultura clásica de la que carece, de forma autodidacta, y en 1949 casualmente encuentra en prensa un anuncio de una pequeña librería de viejo en Londres, Marks & Co., situada en el 84 de Charing Cross, que se publicita para vender libros clásicos difíciles de encontrar. Es así como comienza una correspondencia con la librería solicitando determinados ejemplares. Esta relación epistolar entre la americana y los empleados del establecimiento londinense, en particular con el encargado Frank Doel, duró más de 20 años y su verdadero alcance traspasó la simple compra de libros.
En 1969, a Helen Hanff se le ocurrió la idea de que aquellas cartas podían ser publicadas como novela corta. La iniciativa fue aceptada por un editor y salió a la luz en forma de libro, que a partir de los años 70 se convirtió en una auténtica obra de culto para los amantes de los libros y las librerías.
La obra fue del agrado de todas las participantes en aquella primera tertulia, incluso se habló de la emoción que había causado. Como aspectos negativos se comentaron la carencia de estructura literaria y el estancamiento de la relación de los protagonistas en un momento determinado de la trama. Respecto a lo primero se llegó a la conclusión de que esto puede deberse a que es una obra que no se concibió como tal, sino que es la correspondencia privada entre dos personas, que posteriormente se consideró publicar. En cuanto a la relación de los protagonistas se puede afirmar que lo que empieza como una relación meramente comercial se va modificando con el paso del tiempo y da lugar a una gran amistad. Formalmente se aprecia en los encabezamientos de las cartas, que pasan del tratamiento Srta. o Señor Doel a Querida Helene o Querido Frankie. La relación hacia lo personal va evolucionando desde el principio, entre otras causas, por el contexto histórico en el que se desarrolla la historia. La norteamericana, sabiendo las privaciones que pasa la población británica en los años posteriores al fin de la Segunda Guerra Mundial , quiere agradecer al librero la rápida respuesta a sus peticiones, enviando como regalo alimentos y otros artículos difíciles de adquirir en el Reino Unido a causa del racionamiento. El abanico de personajes se amplía, la autora empieza a relacionarse con otros empleados de la librería e incluso con la mujer y las hijas del librero. Podríamos resumir la línea argumental como relación comercial-empatía/solidaridad-amistad.
En otro orden de cosas hemos de mencionar también la evolución lectora que se establece en la protagonista, que en un principio huye de las obras de ficción, ya que está convencida de la falta de interés de historias que ninguna persona ha experimentado. Las recomendaciones del librero hacen que se interese por clásicos como la Vulgata Latina, Orgullo y Prejuicio de Jane Austen, Viento en los sauces de Kenneth Grahame o Cuentos de Canterbury.
Estamos ante uno de los libros de cabecera de todo bibliófilo de corazón que, además de ir de mano en mano, de tener adaptaciones televisivas, ser un musical de Broadway y hasta un videojuego, ha sido llevada al cine en 1987 de la mano de David Jones, que realizó una película inolvidable protagonizada por Anne Bancroft y Anthony Hopkins.
En el número 84 de Charing Cross Road hay en la actualidad un restaurante de comida rápida, ocupando el mismo sitio donde un día estuvo Marks & Co. Ya no es posible pasear entre sus estantes, pero esta eterna librería sobrevive en otro lugar donde se amontonan centenares de libros: la imaginación de miles de lectores.
No he leído este libro todavía (y no sé por qué), pero la película me pareció estupenda. Hace ya años. Ahora mismo me pillo el libro.
ResponderEliminarMuchas gracias por tu comentario, Servantís. Espero que disfrutes de su lectura!!!
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