Vampiros en La Habana

Hace años conocí a un ilustrador cubano que había venido a Madrid para forjarse un futuro profesional. Venía con lo puesto y con un consejo aprendido: Si quieres destacar en algo en la vida solo tienes que dedicarle toda tu energía a conseguirlo, de modo que no debes darle prioridad a ninguna otra cosa.

Con el tiempo le perdí la pista y no sé si finalmente triunfó o si su vida adquirió otras prioridades. Lo que sí sé es que quien le dio el consejo fue uno de los ilustradores y animadores más reputados de Iberoamérica, el gran Juan Padrón, que falleció el año pasado.

Dentro de la oferta audiovisual de eBilio para adultos, podemos encontrar Vampiros en La Habana, el segundo largometraje que realizó Juan Padrón como director además de guionista y animador, y que ha sido considerada una de las mejores películas del cine iberoamericano.

La multipremiada cinta nos cuenta una historia de vampiros y cómo se formaron los dos grupos principales. Uno en Europa y con sede en Düsseldorf, el Grupo Vampiro, y en Chicago se reúnen los vampiros emigrantes bajo el nombre Capa Nostra.

Werner Amadeus Von Drácula, descendiente del legendario Conde Drácula trabaja en una fórmula que permita a los vampiros resistir a luz del sol. Su fracaso le lleva a Cuba con su sobrino Joseph Amaderus Von Drácula. El éxito y los problemas le llegan cuando experimenta con su sobrino. Por un lado el Grupo Vampiro pretende comercializar la fórmula para sacar redito económico y el grupo Capa Nostra pretende destruirla para continuar manteniendo su lucrativo monopolio de playas artificiales para vampiros.

Pepito, como conocemos popularmente al sobrino, junto con sus amigos, vive la situación real de Cuba rebelándose contra el dictador Gerardo Machado mientras se ve en medio de la refriega vampírica con el objetivo de que ninguno de los grupos se salga con la suya y la fórmula sea compartida universal y gratuitamente.

El doblaje cubano es imprescindible para darle ese tono agudo al film y la banda sonora a cargo del famoso trompetista Arturo Sandoval es esencial y su trompeta da vida propia a muchas escenas.

Vampiros es la Habana es una ingeniosa y pintoresca comedia que para poder disfrutar hay que tener en cuenta los recursos y la época de su creación, 1985. Varias décadas después del estreno sigue aportando un toque fresco. Tanto es así que en el año 2003 el ICAIC en colaboración con Programa Ibermedia, TVE y Canal Plus crearon una secuela llamada Más vampiros en la Habana que continúa la historia con el hijo de Pepito...

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