NARCOPISO

 

«Cuando las palabras hacen añicos la razón y construyen metáforas imposibles, la literatura emerge de entre las cenizas de versos perdidos y enciende las ascuas de almas extraviadas, que finalmente encuentran el camino de vuelta y dejan de poblar las calles de fantasmas».

El Perla. Canillejas 2022.

Ya comentamos en este blog una de las obras de Paco Gómez Escribano, la del robo de jamones. Indicábamos que sus obras se ambientan en su barrio, Canillejas, y sus personajes pertenecen al mundo marginal: borrachos, yonquis, ex-yonquis, prostitutas, aderezados con policías corruptos. Son perdedores irredentos. O lo serían si tuvieran algo que perder, pero tan solo tienen la vida y ya la consideran amortizada hace tiempo. Han perdido tantos amigos y familiares, que su propia existencia les parece una anomalía. Pero tienen dignidad y se gobiernan por los códigos que aprendieron en calles del barrio para defender a su gente, sus vecinos, sus mayores. Porque ser de barrio enseña unos códigos y unos valores, quijotescos en no pocas ocasiones. Un barrio que bien podría ser cualquiera, pero que es Canillejas, donde habitan los antihéroes alcohólicos y anteriormente yonkis, junto a una cortejo variopinto de personajes.

No nos encontramos ante un ensayo académico sobre las drogas en los barrios, pero sí una novela, «que es el mejor vehículo para contar la realidad», plantea el autor. Le permite mostrar otros muchos asuntos como el derecho a la vivienda digna, la insensible voracidad de los bancos, los tejemanejes de las mafias con las que convivimos sin saberlo más de lo que imaginamos. Una reflexión sobre la evolución de esos barrios que un día estuvieron poblados de «masa obrera explotada» que ha «perdido la conciencia de clase», influida por los nuevos desarrollos urbanísticos.

Pero volvamos a lo nuestro: un narcopiso trastoca profundamente lo que debería ser una plácida jubilación de los vecinos. Cansados de que ninguna autoridad competente les haga caso, deciden bajar al bar de abajo, por si resulta que el asunto puede solucionarse extraoficialmente con la pintoresca gente del barrio. Esa que se «acoda» en la barra de los bares o se sienta en una mesa a la espera de un pequeño «bisness» Estamos ante una novela negra llena de «miseria y desesperanza» en un contexto de «realismo sucio». que, contra todo pronóstico y empujados por la necesidad, van a tirar de dignidad y de los códigos que aprendieron en esas calles para defender a su gente, sus vecinos, sus mayores. Les lleva a enfrentarse contra la mafia de la especulación inmobiliaria y la drogadicción a la que solo le importa el dinero. Los códigos de honor del barrio contra personajes sin escrúpulos y sin ningún tipo de preocupación por todas las otras personas que se llevan por delante, ya sean los vecinos insomnes o los propios toxicómanos que acuden a comprar droga una noche tras otra.

Un excelente ejemplo de novela negra, bien escrita y mejor llevada. Con unos antihéroes rotos por y cansados de la vida. Con mil en mil batallas callejeras a sus espaldas. Crítica social, un panorama muy negro. No falta la acción, toneladas de desilusión y derrota. Realismo duro y una historia creíble diálogos con carácter, que algunas veces parecen grotescos y las más inadecuados para los personajes. Como ejemplo el Perla. Nuestro protagonista principal es el Pirri, retratado genialmente ya en el primer capitulo del libro.

Pirri nos llevara también, a una lección sobre la historia de la novela negra. Porque además de borracho y buscavidas, es ávido lector y devorador de crucigramas.

«Yo llevaba un pedo majo, suficiente pero susceptible de incrementarse sin peligro de perder el conocimiento. Así que me acerqué a la barra y me pedí otro tercio. No me acuerdo de más. Suele pasar. Los borrachos siempre creen que les queda más aguante. Al día siguiente me dijeron que me quedé dormido con la cabeza sobre la mesa siete y que al cabo de una hora me levanté y me fui para keli con el librito de crucigramas y la novela en la mano. Hay que ver las cosas que puede hacer uno mecánicamente sin darse cuenta. Y el vocabulario que te da el hacer crucigramas, ahora que releo esto (susceptible, incrementar, lóbrego… Hay que joderse). Misterios de la vida.»

Referencia Musical: Salir. Extremoduro. Álbum Canciones prohibidas, 1998


Paco Gómez Escribano nació en Madrid en 1966, Sus padres eran los porteros de una antigua casa en la calle Hortaleza. Paco recuerda estar sentado en la portería, siendo muy pequeño, y disfrutar de ver pasar a todo el vecindario, muy envejecido, que le pagaba un peaje no escrito de caramelos y lenguas de gato. Con tres años, se mudó con sus padres a un Canillejas que todavía no tenía ni alumbrado público ni las calles asfaltadas, y que se convirtió en su barrio.

Es Ingeniero Técnico Industrial, rama de Electrónica, y Trabaja como profesor de Instalaciones Electrotécnicas y de Sistemas Electrónicos en un instituto público. Ha impartido innumerables cursos de informática en instituciones públicas y privadas. Además de escritor, es músico y gastrónomo. Ha tocado la batería y la guitarra eléctrica en Rock&Books y en Ochentacos.

Es lector voraz y compulsivo, sobre todo de novela negra. Después de haber leído prácticamente todo lo publicado en ese género, se le ocurrió que debería de ser también flipante escribir. Ha publicado poesía, relatos y esta es su décima novela. Ha ganado varios premios y es un habitual de los eventos sobre novela negra.

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