🏠 Lejos

 

Rosa Ribas se define en su Twitter como Escritora zurda, miope y misofónica. Siempre devuelvo los tuppers. Así que es una persona de fiar, por los tuppers, o no, por la misofonía .

Desde luego a mí fue una de las escritoras que me hizo cambiar de idea sobre las escritoras españolas. Allá por 2013 leí su libro Don de lenguas. Me pareció una buena novela, y ser una escritora a seguir. Pero la vida te lleva por otros autores y lecturas y…

La he vuelto a reencontrar con su última novela Lejos, y me ha parecido una maravilla. Una obra que muestra un universo paralelo, de los muchos que hay en cualquier rincón de nuestra tierra. Sabemos que están, nos lo han contado, pero como no nos afecta, es solo tema de conversación y conocimiento sociológico para guardar en nuestra memoria y desempolvarlo cuando lo necesitamos en una sobremesa.

Veamos la reseña:

En una urbanización en medio de la nada, una de las muchas que se construyeron en España hace años, vive una pequeña comunidad de vecinos que procura llevar una vida normal, a pesar de vivir lejos de todo. Entre ellos, la protagonista de la novela, una mujer recién separada, volcada en el trabajo y en alejar el desánimo de su vida. Más allá de la urbanización que se prometía lujosa, entre calles asfaltadas y rotondas que no conducen a ninguna parte, se alzan viviendas sin acabar y sin vender, lugares amenazantes porque pueden estar ocupadas por personas que no se dejan ver. Precisamente a una de esas viviendas va a dar un hombre que parece arrastrar un secreto, y con él un miedo y una angustia. Con un planteamiento de una originalidad desarmante, y un escenario imposible de olvidar, esta nueva historia de Rosa Ribas, atmosférica, inquietante, adictiva, repleta de sorpresas, nos regala también una inesperada historia de amor.

Así pues encontramos a nuestra protagonista en un lugar que pasa de ser el paraíso al infierno en un momento. Paraíso con su marido, con una comunidad aparentemente abierta y simpática. Pero el marido se va, abandonándola «en una versión de pesadilla del chiste del que se fue a por tabaco. Sola con un mensaje que concluía diciendo que «esta no es la vida que quiero vivir. Me voy»». Y las relaciones con la comunidad se tuercen y desaparecen. Se convierte en una paria.

Paralelamente un policía huye de sus compañeros. ¡Ay esa corrupción policial! Y va a parar al otro lado de la urbanización habitada. Al lugar donde viven, los otros, los parias, los okupas.

Si a ello le endosamos personajes variopintos, y lo finalizamos con una historia de amor, tenemos un libro redondo. Dicho así parece ironía, pero en este caso es verdad.

Descripciones justas, precisas, que demuestran que no hay que describir un personaje o un paisaje en tres páginas. Con un párrafo, con una frase basta. Tal vez, una palabra.

Una novela negra, que no parece negra. Nos cuenta a la vez, la necesidad humana de pertenecer a una comunidad y la búsqueda de una identidad propia, sin prejuicios. Sin agobio. Un agobio que sentimos con los protagonistas y que nos repercute a nosotros mismos. Su consecuencia es devorar el libro.

«Ella, prisionera, y él, fugitivo, se convierten en representantes de dos mundos que se encontrarán en una historia de amor, que les forzará a romper con los extremos para encontrarse», ha explicado la autora.

Lejos. En un doble sentido. Por trascurrir en una urbanización perdida en…; o porque nuestros protagonistas quieren irse, estar lejos, de allí, de todo lo conocido.

Como referencia musical Jingle Bells, que suena en un momento determinado de la historia.

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