Imprescindibles: Patria + Maixabel

 

Mi primera intención era escribir un post sobre una de las películas, en mi opinión, más conmovedoras de los últimos tiempos, pero al tirar del hilo de la información y de la memoria me di cuenta de que había algo más que contar...

El alto el fuego de la banda terrorista ETA en 2011, que culminó con su disolución en 2018, fue un hito histórico celebrado en España y fuera de sus fronteras, pues el conflicto vasco había involucrado a Francia de forma directa, pero también a otros países que colaboraron tanto en la lucha conta el terror como en las negociaciones de paz. 
Hoy en día podemos celebrar la existencia de una generación que ya no ha vivido en un país con amenazas ni atentados. Pero es importante ser conscientes del pasado, no olvidar a los muertos, heridos, familiares, el miedo que asoló a la población durante décadas y las tensiones que perduraron.

Para que todas y todos podamos sanar las heridas o conocer uno de los episodios más oscuros de la historia de nuestro país, múltiples ficciones tanto literarias como cinematográficas han reflejado parcelas del conflicto para ayudarnos a entender y recordar la complejidad de todas sus aristas.

Yoyes
nos mostró la complicada vida de Dolores González Cataráin, la primera mujer en tener responsabilidad política y militar en ETA.

En el polémico documental La pelota vasca, la piel contra la piedra, el cineasta Julio Medem dio voz a todos los participantes del conflicto para explorar su verdad y su vivencia del mismo.

Las series documentales El desafío de ETA y ETA: el final del silencio, esta última del periodista Jon Sistiaga, nos cuentan respectivamente, la historia de la banda terrorista desde el primer atentado en 1968 hasta su disolución en 2018, y la situación personal de las víctimas que se ponen por primera vez ante una cámara.


Muy interesante La línea invisible, miniserie de 6 episodios dirigida por Mariano Barroso, que aún puede verse en Movistar,  y que nos acerca a los orígenes de la banda.

Pero si hay una obra imprescindible para poder llegar a entender todo este sinsentido es la novela de Fernando Aramburu, Patria, publicada en 2016. Según el propio autor, el título se refiere concretamente a la Patria vasca, pero no como espacio geográfico sino como algo mitológico, sacralizado, convertido en una misión, que cada vez que se pone en marcha causa dolor. Los ciudadanos vascos llevan décadas sometidos a un filtro por el que solo pasan los puros, los genuinos, los que armonizan con ese paisaje y ese sentimiento sacralizado. El resto estorba, bien por su procedencia natal o por no comulgar con su particular visión de la patria vasca. Esto se hace desde distintas graduaciones, la peor, el asesinato, pero hay otras, como la expulsión de la comunidad, marginación, silencio... Esto genera una especie de miedo colectivo.

No estamos ante una novela equidistante, el autor se sitúa en el medio del drama para darles voz a todos. Tampoco es un alegato contra el dolor sino un gran fresco de realidades personales donde se nos muestra también la condición humana. Es una especie de dibujo general donde están todos los actores.
Las protagonistas son dos mujeres totalmente opuestas que representan los dos polos del drama. Los personajes secundarios dan el contrapunto perfecto y muestran su postura propia. La obra viaja hacia la esperanza de un modo magistral. Prácticamente toda la novela es un prefacio de las últimas páginas.  

Elena Irureta y Ane Gabarain le han puesto cara a nuestras dos mujeres protagonistas, Bittori y Miren, en la serie basada en la obra de Aramburu, creada y dirigida por Aitor Gabilondo, y estrenada en HBO en 2020. Quienes leímos la obra imaginamos unos personajes muy parecidos a los que nos presenta esta excelente serie, que ha trasladado a la pantalla la novela de un modo absolutamente fiel.


Con 14 nominaciones a los Goya, Maixabel partía como una de las grandes favoritas de la noche del cine español, lástima que solo consiguiera 3 (actriz protagonista, actriz revelación y actor de reparto).
Para contar esta imprescindible historia Icíar Bollaín se apoya en unas portentosas interpretaciones (así lo ha corroborado la Academia de las Artes y las Ciencias Cinematográficas de España), es una película de detalles, de silencios, de miradas que se encuentran, pero sobre todo es una película de personajes, de actores, de actrices. 
Maixabel es la historia de un perdón y una reconciliación teóricamente inalcanzables, pero evita caer en el sentimentalismo, es una historia real llevada a la ficción con delicadeza y respeto, está aquí para recordarnos que a pesar de todo, aún puede quedar algo de lo que nos hace humanos. 
Maixabel Lasa, la auténtica protagonista de esta historia, participó activamente en el rodaje de la película, apoyando a la directora y a la actriz Blanca Portillo. 
Las críticas son unánimemente positivas. Destacamos la opinión de la revista Fotogramas:
Lo mejor: desvela las prácticas delirantes de cómo funcionaba ETA.
Lo peor: Hay un exceso de optimismo en la vía de los encuentros entre las víctimas y los autores arrepentidos.   
Maixabel y Blanca Portillo

El método histórico (como el de cualquier otra ciencia) analiza los hechos con datos verificables, pero de forma complementaria sería conveniente, en general, y en esta parcela en particular, crear un espacio de la memoria con documentación, literatura, películas, series, etc., para que toda la sociedad actual y venidera pueda informarse y sacar sus propias conclusiones sobre lo que ocurrió en este negro periodo de nuestra Historia. 

Para finalizar, les dejamos con la banda sonora de la película, del gran compositor Alberto Iglesias.

                                                         ¡Que la disfruten!

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