📖 El Club en el blog (7). Mi vida querida de Alice Munro

La literatura de Munro es enemiga de la prisa. No hay nada mejor que sentarse en el sillón de leer para disfrutar de sus relatos desde el sosiego. Con el mismo sosiego que intuimos fueron escritos, pero que a la vez desaparece al adentrarnos en lo que hay bajo la calma. Algo inquietante, a veces sorprendente, porque a pesar de las apariencias, la vida es complicada.

En una ocasión la autora dijo:

“Nada es fácil, nada es simple. La complejidad de las cosas dentro de las cosas, parece sencillamente inagotable”.

Y es tan cierto que esa forma que tiene de contar las historias le ha llevado a ganar numerosos premios , incluido el nobel.

Mi vida querida es su última colección de relatos, y,  manifestó que con esta obra se despide de la literatura, aunque, también en otros momentos, anunció su retirada y luego prosiguió.

Componen el volumen diez cuentos. Las cuatro últimas historias de este libro no son exactamente cuentos. Según la propia autora son autobiográficas. “Creo que es lo primero y lo último -y lo más íntimo- de cuanto tengo que decir sobre mi propia vida”.
Son parte de su vida de niña y en su ciudad natal, etapa agridulce en la que nos muestra cómo iba muy a menudo a la biblioteca municipal de donde se llevaba a casa novelas que leía sin límite.,

Con gran sutileza, Alice Munro nos enseña las contradicciones humanas, la frustración y el dolor, junto a muy escasos momentos de esperanza, todo ello de manera muy sutil.

En sus personajes hay una doble mirada que combina la dureza con la comprensión porque en muchos de ellos un cierto sentimiento de culpa. Si bien los personajes de los relatos de Munro son sobre todo femeninos y es el universo de las mujeres, sus crisis y fracasos, no podemos afirmar que ellas sean las protagonistas. Sus vidas sin relieve están tejidas con las de los demás, da la impresión de que en estas historias el azar impone el destino a los personajes que se limitan a gozar o sufrir con su habitual naturalidad, sin tomar las decisiones que les permitirían dirigir  y cruzar sus vidas. Ellas no controlan nada, simplemente las cosas les pasan. Y la voz narradora no ayuda a conformar ni ordenar la existencia de sus personajes, porque simplemente muestra lo que hay y nos permite acceder al interior de los hombres y mujeres que viven en sus historias.

Cuando leemos, contemplamos lo que les sucede, lo que hacen o sienten, pero nadie opina ni juzga. Da igual que el narrador sea externo o interno pues no hay una idea moral en los relatos de Munro. Son tan solo seres humanos a cuyo interior hemos tenido la suerte de acceder y el lujo de mirar, escuchar y sentir.

Sin embargo, y a pesar del minimalismo narrativo de los cuentos de Munro, Las historias que nos cuenta las sentimos cercanas, sacadas de esa historia colectiva que nos identifica como individuos que pertenecen a una sociedad, son historias reconocibles en un contexto cultural e histórico. Son alusiones a las guerras, a las enfermedades incurables pero sobre todo a las dificultades que impregnan una vida en la que nos reconocemos. Pues a pesar de que la mayor parte de la obra de Alice Munro se desarrolla en Canadá, nos sentimos cerca de las situaciones que viven sus personajes.

En cuanto a los temas, casi nada escapa a la mirada lúcida de Munro. La insatisfacción femenina, La dureza de la vida en el frío de los aserraderos, Los cambios familiares y sociales vividos por diferentes personajes, el suicidio infantil, o la avaricia de la clase social alta…

Una gran variedad de personajes y vivencias configuran el universo literario de A. Munro. Todo un mundo de aprendizaje que remite a las más duras experiencias de la existencia misma.

En las bibliotecas municipales de Leganés puedes encontrar este libro y otros títulos de la autora.

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